jueves, 25 de enero de 2007

Saddam (Chuikov)

La condena a muerte del dictador iraquí ha sido motivo de la habitual controversia entre las partes de siempre. Los enemigos de EEUU han aprovechado la ocasión para señalar las antiguas amistades del dictador; para sugerir que se le ha cerrado la boca para que no hable demasiado, y de paso, aprovechando la ocasión, para condenar una vez más la pena de muerte.

Personalmente estoy en contra de esta clase de pena. Simplemente porque me parece benévola. Liquidar a alguien que ha asesinado a su vez no supone restituir nada a los muertos e impide, aunque a veces parezca imposible, que el sujeto tome conciencia de sus errores de otra época. Por otra parte considero la privación de la libertad personal como algo mucho más terrible que el acto de pasar a no-ser. Y por último la pena de muerte no ha disuadido nunca a nadie de matar, cosa que saben por activa y por pasiva los penalistas.

Pero una vez aclarado esta cuestión, lo importante, creo yo, es destacar que la condena de Saddam y su ejecución corrió por cuenta de los irakíes enemigos suyos. Por otro lado EEUU no tiene porque tener escrúpulos en matar a alguien si lo hace con sus propios ciudadanos delincuentes; pero el caso es que son los propios irakíes los que tienen su enemiga personal contra el dictador, y aprovecharon la ocasión que tenían entre manos. Como también se puede apreciar por el modo en que se cumplió ésta.

La cuestión fundamental es que los progre de toda laya que encuentran en el ataque a la gran potencia la única razón de su ideología, ya que todos los otros elementos “izquierdistas” se han ido cayendo a pedazos, no tienen ningún empacho en hacer causa común con los liberticidas que masacran irakíes haciéndolos volar en mercados, calles y mezquitas. Todo es culpa de USA, y si no existiera… el mundo sería una balsa de aceite aromático y de igualdad… islamista.

¡Vaya! Pobres progre europeos y americanos, que están condenados a ensalzar tiranos y regímenes totalitarios mientras, paradójicamente, enarbolan banderas de derechos humanos y libertades ciudadanos. Si no hubiera tantas cosas importantes por medio, daría ganas de desear que triunfasen sus ideales… para verlos colgar de los patíbulos musulmanes por herejes y corruptores de mujeres. Pero tontos ha habido siempre, así que es parte de nuestra cultura aceptarlos y explicarles que nadie es perfecto, pero sin embargo, hay cosas que son peores que otras.

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