sábado, 27 de enero de 2007

Apoyo a los palestinos o simple antisemitismo (Chuikov)

Lo que nunca deja de sorprenderme, aunque la historia se repita, es el cinismo o la ingenuidad, o ambas cosas simultáneamente de los antisemitas que, en diversas ocasiones, afirman que no tienen nada contra el pueblo judío y que sólo son antisionistas (como dijo hace un tiempo el presidente de Irán). Es curioso como los antisemitas rehuyen esta calificación que está tan desprestigiada luego del genocidio nazi. Y no deja de ser paradójico que aquellos que niegan el Holocausto, reduciéndolo a una cuestión menor, acusen los efectos de este gigantesco homicidio asegurando que ellos no son antisemitas; cosa que en épocas anteriores se habrían enorgullecido de afirmarlo.

Supongo que situaciones como las que cuenta el diario El País del 27-enero-2007, que informa en su pág. 30 sobre la decisión de la alcaldesa de Cienpozuelos, municipio cercano a Madrid, Susana León Gordillo, de reemplazar el Día de Memoria del Holocausto y de Prevención de los Crímenes contra la Humanidad, que en España se celebra el 27 de enero, por un día de conmemoración del "genocidio palestino" y una sesión de música árabe, se enmarcará también en esta supuesto efecto “antisionista” …. que nada tiene que ver con el antisemitismo, por supuesto.

El nudo de la cuestión por lo menos para muchos europeos y americanos radica en que sienten un visceral odio hacia el judío. Odio inexplicable la mayor parte de las veces, y que ha sido objeto de estudio tanto por psicólogos, sociólogos y teólogos; sin llegar a un acuerdo generalizado sobre las causas de esta dolencia. Es natural que algunos pueblos nos caigan más simpáticos que otros, pero de allí al antisemitismo hay tanta diferencia como la que marca un estado natural de otro perverso. A partir de este odio visceral se establece una amistad puramente virtual con aquellos que tienen conflictos con los judíos. Naturalmente son los palestinos porque están enzarzados en un conflicto cuyas raíces provienen de muy lejos, pero también podría ser cualquier otro grupo humano que entrase o haya entrado en el pasado en conflicto con los hebreos en cualquier lugar del mundo. Así tenemos una defensa de “lo palestino” vicariante, sustituta del ataque frontal al judío, que es lo que realmente se desea, pero prefiere velarse.

Por supuesto que si además si liga al judío con el yanqui, entonces la combinación odiosa se multiplica, y las razones aumentan tanto en su cantidad como en su diversidad.

¿Tiene alguna solución este estado de cosas? Personalmente considero que no. La gente tiene sus fobias y sólo el pasaje de los años o los siglos van poniendo las cosas en su lugar. Lo mejor que pueden hacer los judíos es defender sus intereses buscando siempre todos los acuerdos que les sean posibles, sin poner en peligro su existencia como pueblo y como Estado. Dejemos que al tiempo lo que es imposible de desarraigar por medio de razones. Mientras tanto evitemos que los conflictos se mitifiquen y conviertan en símbolos religiosos; es lo mejor que puede hacer la gente que piensa, pero no tiene en sus manos ninguna otra posibilidad real de ayuda



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