jueves, 25 de enero de 2007

La muerte de Saddam (Sasha)

Hoy compruebo que estaba en lo cierto: la súper rápida muerte del archi asesino tenía un importante sentido, no tratar, no investigar, no revivir actos criminales mucho más graves y que Saddam no podía haberlos cometido en soledad o sólo con la ayuda de sus partidarios tribales.

El déspota fue ajusticiado por haber ordenado en 1982 la muerte de 140 personas en la ciudad de Dujail como represalia por un atentado contra su vida.

Su ejecución paraliza naturalmente, por carecer de objeto, la sustanciación de otras causas judiciales que se estaban trabajando en paralelo.

Ahora, quién se va a preocupar, o tan siquiera recordar que:

Luego del golpe de estado monitoreado por la CIA, cuando Saddam era vicepresidente, esto es, antes de asesinar al "presidente", su primer gran acto público en 1969 fue: colgar en la plaza mayor de Bagdad a más de 170 líderes políticos irakíes acusados de "enemigos de la nación árabe", en realidad eran capangas de una facción religiosa islámica contraria a la del tirano, perdón, en aquellos años nadie lo denominaba "tirano", Saddam era un jóven y promisorio jefe del partido Baath y que estaba firmemente alineado con los intereses de occidente.

Absolutamente nadie denunció la vil tragedia de esas personas, muertas en un acto ceremonial más cercano al medioevo que a nuestro tiempo. Escena que preanunciaba las terribles acciones que luego vendrían.

Quién se acordará ahora de la "Campaña de Anfal" lanzada en 1988 contra el pueblo kurdo, que costó la perdida de 50.000 vidas, claro, en aquél entonces este asesino disponía de armas químicas de destrucción masiva, se las vendía el occidente.

Y los miles de niños gaseados en la ciudad Halabja, ¿quién se acordará de ellos?

A lo sumo, la democrática y muy libre prensa de occidente, se refería a esta infinita maldad, como "lamentables consecuencias de enfrentamientos que pueden llevar a la guerra civil en Irak". Claro, Saddam era un amigo de occidente, compraba armas y vendía petróleo puntualmente y sin causar problemas. ¿Quién podía acusarlo de estar haciendo "limpieza étnica"?

Seguramente Saddam ya no tendrá que enfrentar a quienes claman por justicia del genocidio cometido contra centenas de miles de árabes chiítas, enviados a secar, sin ninguna herramienta, los pantanos del sur de Irak.

¿Y los (8) ocho años de guerra contra Irán durante la década del 80? Esa guerra diseñada y ordenada fuera de Irak, el psicópata no tuvo inconveniente alguno en hacer la guerra por otros, ¿quienes lo sostenían? ¿Quienes lo pertrecharon con explosivos infernales y armas químicas?

¿Quienes reforzaban a la famosa guardia republicana? ¿Quienes le brindaban los misiles? ¿Quienes le daban el gas mostaza que lanzaron sobre Teherán durante años? ¿Quienes responderán por la muerte de un millón de iraníes?

Nadie, absolutamente nadie. Si el culpable tuvo un juicio justo y ya pagó su pena.


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