jueves, 25 de enero de 2007

El conflicto principal (Chuikov)

Casi nunca los comentaristas, periodistas e incluso historiadores o sociólogos, hacen una revisión de sus opiniones para verificar en que medida sus pronósticos se cumplieron. Si lo hicieran me temo que muchos serían más prudentes (o más estudiosos de los fenómenos que comentan).Hace ya poco más de un año, concretamente el 9 de agosto de 2005, Daniel Pipes, a raíz del abandono de Gaza por parte de Israel, comentaba en La Razón lo siguiente: "Si los críticos de Israel están en los cierto, la retirada de Gaza mejorará las actitudes palestinas hacia Israel, conduciendo al final de la incitación y a un acusado descenso en las intentonas de violencia, seguido de la renovación de las negociaciones y un acuerdo total. La lógica dicta, después de todo, que si "la ocupación" es el problema, ponerle fin, incluso parcialmente, llevará a una solución.
Pero yo pronostico un resultado muy distinto. Dado que cerca del 80% de los palestinos árabes continúan rechazando la simple existencia de Israel, las señales de debilidad israelí, tales como la próxima retirada de Gaza, inspirarán en su lugar un irredentismo palestino incrementado. Arrebatando su nuevo regalo sin gratitud, los árabes palestinos se centrarán en los territorios de los que los israelíes no hayan sido vaciados. (Esto es lo que sucedió después de que las fuerzas israelíes abandonasen el Líbano). La retirada no inspirará cortesía, sino un renovado regocijo de rechazo, un mayor frenesí de cólera antisionista, y una oleada de violencia anti-Israel." http://es.danielpipes.org/article/2857)
Bien, a la luz de lo sucedido recientemente, creo, que objetivamente Pipes acertó en su evaluación de los hechos.
Debería quedar definitivamente claro, para los observadores no implicados directamente en el conflicto, que ningun acto de Israel puede provocar una disminución de la tensión en la zona, si, simultáneamente, no va acompañado de un deseo real de distensión por la parte palestina y árabe. Y esto último es por ahora muy improbable, ya que el conflicto permite aglutinar voluntades y crea un chivo emisario perfecto para el ataque contínuo a las democracias occidentales.
Lamentablemente gran parte de los comentaristas europeos están entregados a una visión simplista, ingenua y anticapitalista por sistema. No advierten que el cercano oriente es sólo un eslabón de un conflicto ideológico donde lo principal en disputa no es la existencia de un estado Palestino o, incluso, la eventual desaparición de Israel, sino la liquidación de la democracia tal como la conocemos. Una democracia imperfecta, injusta, y heterogénea, pero que ha sido el fruto de centenares de años de lucha contra el despotismo de los reyes y de la iglesia, y que en el siglo XX ha sobrevivido al ataque frontal del facismo y el comunismo. No es mucho lo que tenemos, si lo miramos con la perspectiva de los modelos platónicos, pero es fenomenal si lo comparamos con lo que teníamos en nuestro pasado histórico.
Si no apreciamos lo que hemos conseguido luego de tantas luchas y tantas masacres, dificilmente estaremos en condiciones de apreciar lo que se nos puede venir encima. Hay gente que considera que no existen los retrocesos históricos; es ingenua y tiene una visión ahistórica de los procesos humanos. Luego del adelanto increíble del último siglo del imperio romano, donde todos los habitantes del imperio habían alcanzado la ciudadanía romana, llegó el derrumbe y la Edad Media. Nada de lo que se consigue es eterno, y siempre está expuesto. Una lección en la que deberíamos meditar.

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