jueves, 3 de mayo de 2007

Antisemitismo y antisionismo (Chuikov)

Estimado Sasha, admiro tu inteligencia para hacer sutiles clasificaciones. Tienes la virtud de crear "mundos paralelos", en uno conviven los buenos, en el otro, los malos. No te extrañará si te dijera que esta manera de agrupar a los seres humanos tiene virtudes geométricas, aunque en la práctica sirven interéses menos confesables.
No dudo que en tu cabeza el sionismo y el simple hebreo, o judío, son dos términos perfectamente independientes. Incluso hasta creo que pueden existir, en este momento, judios no sionistas o, lo que sería algo más raro: sionistas no judíos (quizá yo sea uno de ellos, no se), pero a mi no me preocupan estas categorías. Lo que sí puedo decirte es que en la práctica los que odian a unos, también odian a o los otros, y los que acostumbran a medirlos con la vara más larga (aquella donde casi nadie llega a la justa medida), tampoco hacen ninguna diferencia.
En una época el sionismo representó una opción política dentro del amplio espectro de elecciones que siempre tuvo el pueblo judío; en cierta forma ahora también sigue siendo así. Pero no es el ángulo ese el que me interesa. Desde la perspectiva de los enemigos del pueblo judío, que son legión, no hay diferencia entre unos y otros, son lo mismo, son el mismo germen perverso que hay que erradicar o convertir en chivo emisario de todo lo malo que nos sucede.
Y es ésta perspectiva la que me preocupa y la que discuto. Es la perspectiva de los que llenan la cabeza de los niños musulmanes con leyendas negras sobre los judíos; es la perspectiva de los que preparan coches, hombres, mujeres e infantes-bomba; es la perspectiva que yo abomino y que por tanto tengo muy en cuenta... más allá de las disquisiciones teóricas que podemos hacer sobre el sionismo y su influencia en la vida de los judíos.

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