miércoles, 27 de junio de 2007

Para que la Paz y la Convivencia sea auténtica

Estimado Sasha, he leído tu último mensaje, denso y con argumentos muy precisos, y creo que éste necesita algunas aclaraciones, comentarios y puntualizaciones:

Escribes, al principio, que yo debería ser sancionado por cometer lo que llamas con jerga boxística “golpes bajos” ¿Qué quiere decir con esto? ¿Qué he mencionado cosas que no debía mencionar? ¿Qué traigo temas que no corresponden a nuestra discusión? ¿Forma parte de estos “golpes bajos” afirmar que tus palabras serán acogidas con regocijo por todos los enemigos de Israel? ¿Acaso consideras que tus argumentos no son los de ellos, o que se le parecen en casi todo? En cualquier caso deberías explicarme que consideras “golpes bajos”, en principio para no volver a cometerlos, si comprendo que temas debo omitir; o en todo caso para conocer, de primera mano, que clase de cuestiones consideras poco pertinentes.
Dices un poco más adelante refiriéndote al terrorismo practicado por algunos palestinos y a los cohetes que lanzan sobre suelo israelí: “La causa raíz no es otra que el hecho de que a los palestinos se les arrebató su tierra, su patria ancestral, lo hicieron sin su consentimiento y lo lograron mediante el empleo de la fuerza.” Nada más falso, estimado Sasha; pero esta suposición es fuente de desgracias permanentes para una tierra martirizada por el odio y la lucha fraticida. Adoptas in totum la manera de considerar la situación de los más radicales palestinos, y como como cualquiera puede comprender, si reflexiona un momento, pretender que los judíos acepten esa manera de pensar es lo mismo que pedir que metan la cabeza en el horno y abran la espita de gas.
Siguiendo la lectura de tus razonamientos me ha llamado poderosamente la atención estas palabras que escribes: “Todos los crímenes posteriores, absolutamente todos, incluido el tan publicitado "terrorismo" de los atentados suicidas de ayer y los katiushkas de hoy, no son más que la consecuencia inevitable de aquella injusticia original.”
Aquí expones la teoría general, de la cual el conflicto que tocamos podría se considerado un caso particular, de que todo daño o maldad puede justificarse si hay una causa noble que los explica. Por lo tanto la matanza de civiles inermes judíos no son otra cosa que “consecuencias inevitables” de la maldad de los sionistas. Sinceramente me agrada que digas las cosas con tanta claridad; por estas tierras tenemos mucha gente que piensa igual… pero no se atreve a ponerlas por escrito, y si lo hace, emplea tantos circunloquios que al final el lector no sabe a que atenerse. Por eso alabo tu sinceridad: “Todos los crímenes posteriores, absolutamente todos…”
Esta rotunda afirmación tuya recuerda muchísimo a aquella otra, tan cara a los terroristas de todo pelaje: “no hay inocentes”, como lo describe Olivier Roy: “Este concepto, esta idea de que no hay inocentes nació de un anarquista francés en 1904, el primero que puso una bomba en un bar. Hasta entonces los anarquistas mataban al rey, princesas, obispos, diputados, parlamentarios, y un día un anarquista puso una bomba en un bar, y el juez en el juicio dijo: ¿pero por qué ha matado a inocentes? Y él contesto: no hay inocentes. Es un tema recurrente luego en los demás.” (ver http://www.mediterraneas.org/article.php3?id_article=395).
Obviamente si “todos los crímenes posteriores” son consecuencia inevitables… el concepto de “inocente” no tiene cabida aquí. Si uno se encuentra por casualidad en una cafetería, en un mercado, o simplemente leyendo el diario dentro de su casa, y es objeto de un atentado…o de la caída de un cohete palestino, en la medida que tal hecho era inevitable debido a sus causas primeras, (no debía estar ahí, y por lo tanto si estaba…) de alguna forma participa de esa culpabilidad colectiva que el principio establece.
Los judíos no son inocentes, y por lo tanto es razonable pensar que si mueren víctimas de un atentado terrorista en Israel, ya el sólo hecho de habitar esas tierras de manera ilegítima los convierte en copartícipes de una invasión y un dominio injusto.
Sobre lo que estableces no pretendo hacerte cambiar de opinión ya que estás convencido y no dejas lugar para describir las cosas como si, por lo menos, fuera un problema en que ambas partes tienen luces y sombras. Tal como lo planteas es una lucha entre el bien y el mal, de la luz contra la sombras… y por supuesto nadie desea que gane el malo. Pero si algún lector desprevenido cree que con estos mimbres se puede tejer alguna clase de acuerdo… mejor que se de cuenta que no es posible mientras se mantenga esta manera de pensar. Esto, por favor, que quede, también, muy claro.
Según tú, la única solución es:
“1) Los sionistas deben regresar a los espacios que poseían con anterioridad a 1967, esto es, deben cumplir todas las resoluciones de la ONU. 2) Los sionistas deben aceptar que los palestinos expulsados de sus hogares, negocios y plantaciones puedan recuperar su legítimo dominio, status del que han sido privados por leyes expoliadoras y racistas sostenidas durante más de 40 años por las fuerzas militares de ocupación. 3) Los sionistas deben indemnizar todos los daños materiales y morales cometidos contra el pueblo palestino. 4) Los sionistas deben demoler todos los muros, verjas, vallas y puestos de control establecidos sobre los territorios ocupados, sin excepción alguna. 5) Los sionistas deben desocupar y reconocer que la zona este de la ciudad de Jerusalén será la capital del Estado Palestino. “
Es decir en buen romance por si alguien no termina de comprender las consecuencias de tus proposiciones “de paz”:
1. Volver a un Estado con fronteras tales que cualquiera pueda invadirlo, en cualquier momento troceándolo, en varias partes o rehaciéndolo por completo 2) aceptar que todos los que se fueron en las condiciones en que se fueron, (gran parte voluntariamente creyendo en las promesas árabes de destrucción inmediata del Estado de Israel), vuelva a integrarse a una sociedad que ni está preparada para ello ni puede enfrentarse con tal desafío sin grave riesgo de fragmentarse y hacerse políticamente imposible como Estado de Israel 3) pagar todas las indemnizaciones que fijen los propios palestinos, con sus reconocidos criterios de objetividad y equidad, abocando al estado a una quiebra inminente. 4) eliminar cualquier sistema de autodefensa del Estado y la población judía. 5) desocupar cualquier zona que no esté en el plan inicial de las UN y favorecer la creación de un estado palestino fuerte, con gran probabilidad dirigido por extremistas musulmanes, encaminado a luchar hasta la muerte contra los infieles vecinos.
Si alguien cree que este programa es de Hamás… se equivoca; esta pensando por alguien que no es antijudio (o que no está dispuesto a reconocerlo) y que sólo quiere el bien para todos, los palestinos por supuesto y los judíos también (como no podía ser menos).
Si alguien considera que este programa, tal como figura más arriba, es sostenido en todos sus términos por cualquier estado árabe al día de hoy… tengo la impresión que se equivoca también; ya que ni siquiera Arabia Saudita defiende supuestos tan radicales que son totalmente imposibles de cumplir.
Pero lo más gracioso, si no fuera directamente horripilante (por sus efectos) de este “generoso” plan es su epílogo: “Así habrá paz, convivencia auténtica y respeto de los derechos humanos para todos los seres humanos que vivan en la tierra de Palestina, sean estos de religión musulmana, judía, cristiana o no tengan religión alguna. Chuikov.”
Que alguien me diga tan suelto de cuerpo que con ese plan se establecerá la paz en palestina y que todos vivirán felices y comerán perdices… lo considero una broma de mal gusto; si no fuera que hasta es posible que alguien se lo crea. Más si se lo cree sólo es porque le conviene creerlo, porque le importa un comino lo que realmente pueda pasar… mientras sus odiados sionistas sean apartados de toda posibilidad de sobrevivir decentemente.
No obstante un poco más abajo, reflexionas: “Yo Sasha no tengo ningún problema, dificultad ni malestar ante la religión de los judíos y admiro la riquísima cultura judaica. querido Chuikov, es hora de que lo aceptes.”
Y diera la impresión que para ti toda cultura judía puede ser digna de respeto en la medida que se haga en el exilio… y con permiso y la benevolencia de los no-judíos. Si tal cultura se hace por judíos adecuadamente domesticados, que no representan una peligro para nadie, que no son demasiado ricos, que no tienen ningún poder, que cultivan sus creencias en la intimidad de sus hogares… ¡bienvenidos sean! Pero que de ahí no pasen… porque se expondrán a todas las venganzas posibles de aquellos que sienten ultrajados, expoliados, o simplemente amenazados.
Según tu manera de pensar, (tal como me la expones), los judíos (no los sionistas) no son malas personas, que pueden vivir incluso en Palestina; pero que por supuesto no tienen allí, como en ningún otro lado, cierto tipo de arraigo especial. Todo el mundo sabe que la gente natural de Palestina son los árabes que viven allí desde hace siglos, y que se fueron aquerenciando en el lugar como resultado de un proceso sano y natural que no consiste en otra cosa que ocupar un lugar vacío. Es verdad que hace siglos había judíos en la región; pero se fueron hace mucho (por lo menos la gran mayoría), movidos probablemente por su espíritu inquieto y quizá, por qué no, en busca de ganancias fáciles por otras tierras.
Estoy seguro que este razonamiento no lo aplicarías a otros lugares y gentes. No se te ocurriría, por ejemplo, afirmar que dado que las Islas Malvinas han sido ocupadas desde el siglo XIX por colones ingleses… son “naturalmente inglesas” y que la reivindicación territorial de Argentina es un despropósito basado en papeles viejos que nada tienen que ver con la vida real. O quizá algún lector que participa de tus ideas y que viva en este otro lado del Océano piense algo similar respecto de Gibraltar, que al fin de cuentas lleva más siglos en manos del personal inglés, y que habría que remontarse muy atrás para encontrar autoridades españolas en esa zona. Pero me temo que no; que en estos casos rigen otros principios, y los colonos ingleses no tienen derecho a una independencia de GB. al igual que otras colonias británicas.
Pero cuando en uno de tus mensajes anteriores escribes: Llegaron para colonizar y apoderarse de un territorio, de un país que no era suyo, y para lograrlo debieron expoliar, boicotear, negar, desarraigar y perseguir a sus tradicionales habitantes …” aplicas claramente otros criterios. Son los palestinos, porque estaban allí, sus habitantes tradicionales; y los judíos no tienen ninguna razón ni lógica ni histórica en querer volver a su tierra de la que fueron expulsados manu militari o condenados a vivir como ciudadanos de tercera clase, hace muchos siglos. Digamos, según tu parecer, que ha prescripto cualquier derecho, y que por lo tanto nada queda por alegar.
Pero, se me ocurre preguntar, ¿Dónde está escrito que uno ya no puede volver a la tierra de sus ancestros? ¿Cuántos años, décadas, siglos, milenios… son necesarios para borrar toda posibilidad? ¿Ha prescripto el derecho de los argentinos a volver a unas Islas que nunca habitaron realmente y que le fueron traspasadas su dominio por su anterior pertenencia a la corona española?
Y si por otro lado ese abandono nunca fue radical sino que quedaron pequeñas comunidades residentes… en que lado consta que ello no impide que a partir de su liquidación por las tropas imperiales de Roma, se considere que los judíos ya no tienen en estas tierras ningún derecho de poblarlas y vivir en paz.
No es un golpe bajo esta referencia; sólo se trata de hacer ver como resulta fácil asignar legitimaciones en una zona y resulta muy complejo en otra. De la misma manera que las Naciones Unidas aceptaron la necesidad de un estado judío-palestino, y que por imposibilidad política en la medida que los palestinos no deseaban compartir alguna clase de poder con sus hermanos judíos, surgió la problemática idea de dos estados que agrupara etnias diferentes. Todo esto es historia conocida, y aunque sea materia de diferentes especulaciones, según la simpatía que nos merezcan unos u otros personajes, lo que sí es real es que el nacimiento del Estado de Israel fue legal y legítimo, tómese esta última palabra como se tome.
Pero esto no es ahora ya el tema principal. Cualquiera sabe que si se levanta la tapa de las reclamaciones basadas en hechos históricos el mundo volvería a sumergirse en multitud de guerras locales. Basta con volver un poquito atrás… sólo hasta 1945 para que toda Europa viera su tranquilidad amenazada. Quizá no tengas en cuenta que gran parte de la Polonia actual fue alemana durante siglos; que una parte importante de la Rusia actual fue polaca durante siglos, y así de seguido… hay situaciones similares en muchas partes del mundo. En Europa, con buen criterio, se decidió cerrar la puerta a los demonios y aceptar las fronteras tal como ahora existen; y a partir de este reconocimiento Europa ha crecido y se ha repuesto de las dos grandes guerras civiles que la asolaron en el período 1914-18 y 1939-45 ¿por qué no se puede aplicar la misma medicina en otras partes del mundo? Pregunto.
Por qué no pueden los palestinos aceptar que han perdido definitivamente el tren en determinadas cuestiones, como la vuelta de los emigrados (algo absolutamente imposible si se quiere mantener un Estado Judío con la fisonomía actual), y construir, desde su propio estado, el futuro codo a codo con un estado judío que no ha desaparecido (tal como soñaban) sino que se ha fortalecido lo suficiente como para desaparecer jamás (a menos que un holocausto nuclear lo barra, junto con todos los países de esa amplia zona).
Por qué se alimenta el odio irracional hacia el judío en todos los estados musulmanes de la zona, cuando han sido estos mismos estados los que demostraron con su incapacidad y corrupción que no pueden crecer en prosperidad sino superan sus propias estructuras feudales. ¿Qué clase de convivencia pacífica se puede confiar en tener en la zona si se enseña en las escuelas, desde la más tierna infancia, que los judíos son perversos y que volar por los aires, junto con la mayor cantidad de judíos que se pueda, es un pasaporte seguro para el paraíso?
Todas estas preguntas carecen de sentido para los que sienten un odio irracional, visceral, y eterno hacia el judío; al que identifican con una perversa simiente tal como, en su momento, supieron expresar tan claramente los nazis. Para ellos la única solución es la liquidación, y diera la impresión que así lo piensan una parte importante de los intelectuales y la población de los estados enemigos de Israel. Pues bien… se quedarán con un palmo de narices, y también te quedarás tú con tu manera de pensar, porque independientemente de que te guste o no, los judíos han alcanzado la posibilidad de vivir independientemente y no creo que piensen en volver atrás…
El problema es de aceptación de la realidad actual, de las fronteras actuales, tal como decenas de años de conflictos la han diseñado, y partiendo de una puñetera vez del principio de la coexistencia pacífica de Estados independientes pero no dispuestos a aniquilarse en una carrera armada donde el primero que se despista correrá el riesgo de ser aniquilado. Mientras se mantengan reivindicaciones como las que propones… tendremos conflicto para un milenio. Aunque quizá sea, de una manera perversa, los que muchos pueden estar buscando. Es fácil tener un chivo emisario de las frustraciones a las que el retraso persistente nos provoca. Con la cultura actual y los valores que poseen los estados vecinos de Israel, sólo pueden prosperar en tanto sus recursos naturales, como el petróleo, sigan existiendo y sean vitales para la sociedad occidental. Si la tecnología encuentra alternativas viables, ya me dirás a donde irá tanto Jeque millonario con sus mezquitas y sus soflamas antijudias; y donde quedarán los palestinos que rechazando a los judíos de plano no hacen otra cosa que labrar su desventura ya que, como se ha demostrado desde el 47, sus “hermanos” árabes son idóneos para darles armas e ideología, pero no para darles, a pesar de su riqueza, el bienestar económico mínimo para que puedan prosperar como pueblo.
Es curioso, en este último sentido, como los judíos han hecho un gran esfuerzo por reasentar a sus hermanos de otras tierras expulsados por la intolerancia musulmana, y en cambio, los árabes nada han hecho para reubicar a los poblados de refugiados palestinos. Los quieren para que sufran, para que muestren al mundo su miseria, y por lo tanto para mantener viva la llama del odio al judío, causa evidente de toda esa pobreza. ¿Cuándo terminarán por darse cuenta los palestinos que han sido y están siendo usados por sus “hermanos” como una herramienta más dentro de la compleja política del mundo árabe? La miseria y el sufrimiento palestino tienen un significado político y es un arma que apunta al corazón del Estado de Israel; ésta es la concepción que se tiene del problema por parte de los estados enemigos de Israel, por lo tanto, mantenerlos en tal situación es parte esencial de esa política de agresión.
Una de las cosas que ni te has dado cuenta, con tu ataque sistemático al estado judío, es que éste es, comparativamente, el más democrático y adelantado de todo el Oriente medio; y que ese adelante no es sólo fruto de ayudas exteriores, sino de una mentalidad abierta que es propia de nuestra civilización occidental. En cambio, los sufridos palestinos… siguen buscando en la bandera verde de Hamás la solución de sus problemas. ¡Y después me dices que la culpa está del otro lado! Quizá esta manera de pensar, el externalizar las culpas y considerar que los problemas siempre vienen de los ajenos no es casual en tu manera de pensar. Prefiero no hacer hipótesis, pero si, por ejemplo, se aplicara esta manera de pensar a los problemas internos de cualquier país, sería fácil seguir viviendo sin asumir responsabilidades propias. Si un país va mal… ¡la culpa la tienen “los de fuera”! Y nunca “los de dentro” han colaborado para mantener tal situación. Como estilo de pensamiento tengo que reconocer que es bastante habitual, Sasha; como así también resultan bastante habituales, lamentablemente, tu manera de pensar el conflicto. Es posible que luego de pensar así te quedes tan tranquilo, lejos, muy lejos de esa tierra acosada por graves problemas… pero te aseguro, en un intento de turbar tu tranquilidad, que esa manera de pensar es parte también de la insolubilidad aparente del conflicto. Como se ha demostrado en otros casos en el mundo, sólo bajándonos de las posiciones “puristas” es cuando el acuerdo empieza a vislumbrarse como alternativa. Pero para ello se requiere, aunque más no sea por cansancio histórico, dejar de considerar al otro un villano irredento. Cosa que según veo, estás bastante lejos de considerar.

miércoles, 20 de junio de 2007

La raíz del conflicto (Sasha)

Dice Chuikov: Estoy seguro que tus palabras son acogidas con regocijo en todos aquellos que les gustaría hablar de los judíos en tiempo pasado. No digo que sea tu propósito, lo que sí creo es que ese mensaje implica la santificación del odio hacia el judío, so pretexto que sólo se repudia al “sionista” y no al judío-de-a-pié, y conduce directamente a la justificación de la liquidación del Estado de Israel, por todos los medios violentos que estén al alcance de los “antisionistas”. (Si hubiera algún sistema de arbitraje, los jueces te impondrían algunas sanciones por dar golpes bajos).

Querido amigo Chuikov, en varias intervenciones anteriores he intentado, por supuesto sin el menor éxito, de describir las causas, las etapas y objetivos del proyecto sionista en Palestina.

Tus respuestas en forma metódica ignoran mis argumentos o son reinterpretados con una fuerte carga de atribuciones, por ejemplo: afirmas que no busco elucidar la raíz del conflicto, sino sólo “demonizar” a una de sus partes.

Chuikov voy a decirte en la forma más directa posible cual es para mí la raíz de esta enorme e injusta tragedia:

La causa raíz no es otra que el hecho de que a los palestinos se les arrebató su tierra, su patria ancestral, lo hicieron sin su consentimiento y lo lograron mediante el empleo de la fuerza. Los sionistas ejercieron una violencia intencional que fue fríamente planificada durante décadas y ejecutada brutalmente ante la indiferencia de la mayoría de las naciones y la dolosa mala conciencia de los europeos.

Todos los crímenes posteriores, absolutamente todos, incluido el tan publicitado "terrorismo" de los atentados suicidas de ayer y los katiushkas de hoy, no son más que la consecuencia inevitable de aquella injusticia original.

Esta es la raíz del conflicto, así de simple.

También me interrogas sobre los fines que me impulsan, cuando dices: ¿De que sirve que digas que no eres antijudío sino sólo antisionista?… ¡a quién estás sirviendo!.

Chuikov, creo que tu sabes que yo sirvo a lo que siento y pienso que es mi verdad. Exclusivamente me impulsa la indignación ante el enorme e inmerecido atropello que se comete en forma continuada contra el pueblo palestino desde mucho tiempo antes del fatídico 14 de mayo de 1948.

Recuerdo que hace unos meses tu me decías: “ ...tenemos una defensa de lo palestino vicariante, sustituta del ataque frontal al judío, que es lo que realmente se desea, pero prefiere velarse”. Para develar esta otra calumniosa cuestión el 07-02-07 expuse mis argumentaciones, pero por tu reacción compruebo que mis razones son consideradas en algunos casos sutilezas y en otros casos, meras “discriminaciones escolásticas” o racionalizaciones que no merecen tomarse en cuenta.

Chuikov dice que: “...no niego el derecho de los palestinos a “tener su propio Estado”; pero antes de generar un estado enemigo cuya única política fundamental sea acabar con el vecino, cualquier judío sensato se lo pensará dos veces, si no más. Considero justo, pues, que el Estado palestino futuro tenga su desarrollo en la medida que no sólo los palestinos, sino los árabes en general firmen una paz real con Israel ...”

Trataré de ser bien concreto y llano: Para que los palestinos tengan su propio Estado no es necesario reeditar un vía crucis tipo Oslo, Madrid, Camp David , “hojas de ruta”, galardones Nobel, supuestas “generosidades” del invasor o fantochadas al estilo de la “desconexión unilateral”, todo eso ya se hizo.

Para que exista un Estado Palestino es necesario que:

1) Los sionistas deben regresar a los espacios que poseían con anterioridad a 1967, esto es, deben cumplir todas las resoluciones de la ONU.

2) Los sionistas deben aceptar que los palestinos expulsados de sus hogares, negocios y plantaciones puedan recuperar su legítimo dominio, status del que han sido privados por leyes expoliadoras y racistas sostenidas durante más de 40 años por las fuerzas militares de ocupación.

3) Los sionistas deben indemnizar todos los daños materiales y morales cometidos contra el pueblo palestino.

4) Los sionistas deben demoler todos los muros, verjas, vallas y puestos de control establecidos sobre los territorios ocupados, sin excepción alguna.

5) Los sionistas deben desocupar y reconocer que la zona este de la ciudad de Jerusalem será la capital del Estado Palestino.

Así habrá paz, convivencia auténtica y respeto de los derechos humanos para todos los seres humanos que vivan en la tierra de Palestina, sean estos de religión musulmana, judía, cristiana o no tengan religión alguna. Chuikov, ¿Se entiende lo que pienso? o ¿Todavía te parece algo sutil?

Luego, me planteas lo que tú llamas la pregunta fundamental: “¿qué es lo que persigues con esa denuncia del sionismo al cual sibilinamente separas del pueblo judío, como si fuera un grupo de peligrosos dementes racistas?”

Chuikov trataré de darte algunas respuestas sinceras y claras, tu decidirás si son significativas o no, es decir intentaré nuevamente no ser misterioso, ni obscuro, y sin aparentar importancia alguna.

Los judíos son aquellas personas que tienen su origen en la tradición de la fe de Moisés.

Por extensión, también puede hacerse referencia con los términos judaísmo y/o judería a la riquísima heredad cultural que se manifiesta en la música, pintura, ciencia, literatura, teatro, humor y otras expresiones del genio y espíritu de los judíos.

Chuikov no llego a comprender qué significa eso que tu denominas pueblo judío”, hay en las diferentes naciones distintos grupos de creyentes religiosos, entre ellos, los de religión judía, pero pertenecen al pueblo nacional en el cual viven.

Yo Sasha no tengo ningún problema, dificultad ni malestar ante la religión de los judíos y admiro la riquísima cultura judaica. querido Chuikov, es hora de que lo aceptes.

El sionismo es una ideología, y es por eso que hay judíos sionistas y hay judíos que no son sionistas; hay cristianos sionistas y hay cristianos que no son sionistas; hay agnósticos y ateos sionistas y hay agnósticos y ateos que no son sionistas.

El sionismo es la doctrina nacionalista judía, es una creación europea surgida en el contexto del poder político colonialista del Siglo XIX .

El objetivo básico del sionismo se concretó mediante una extraordinaria y apabullante colección de vilezas, engaños y crueldades a mediados del Siglo XX.

Ese objetivo se implantó con población europea (mayoritariamente rusos, ucranianos y polacos), con recursos materiales europeos (Montefiore, Rotschild, Hirsh y otros) sobre la tierra de Palestina, tierra que estaba poblada por seres humanos semitas y originarios del Asia, el pueblo palestino.

Chuikov. tú mismo te estas refiriendo en forma general a esta ideología cuando dices:”está íntimamente emparentado con el racismo, por más que los nacionalistas no quieran aceptarlo. Subyace el espíritu de tribu y la misma concepción de “tribu” lleva a una sobre valuación de las características propias en detrimento de las ajenas”

Perfecto Chuikov, eso que has descripto también es sionismo, salvo que pienses que el único nacionalismo bueno y democrático sea el de los sionistas (faltaría agregar la palabra “ pacífico”, pero esto último no sería posible adjudicarlo).

Yo, Sasha me opongo radicalmente a la ideología sionista y considero que los sionistas son sujetos fanáticos, muy agresivos, claramente racistas y muy peligrosos para el mantenimiento de la paz en el mundo, ellos son mucho más peligrosos que Mahmud Ahmadinejad, porque los sionistas sí disponen de un arsenal atómico y de un variado menú de armas de destrucción masiva.

En general, estoy de acuerdo contigo cuando dices que los palestinos han sido usados perversamente por sus propios amigos musulmanes; una de las tragedias, y no menos importante, de este pueblo es ser traicionado constantemente ... por sus supuestos aliados”. No comparto la extensión de ese cargo a sus líderes.

La cita de Paul Johnson es correcta, antes de la creación de la OLP los refugiados palestinos sólo eran las victimas de los sionistas y una pieza instrumental de los egipcios y de otros países de la región.

Chuikov, te lo digo por enésima vez, por duras y frontales que sean mis críticas al sionismo, nada tienen que ver con el vulgar antisemitismo, con supuestas antipatías hacia la religión o la cultura judía. Por favor no insistas más con este tema.

Este recurso descalificativo que tan bien saben elaborar los propagandistas del sionismo, sólo consigue confundir y distorsionar la normal confrontación de los argumentos y embrolla artificialmente la comprensión de los hechos.

Un cordial abrazo.

Sasha

sábado, 2 de junio de 2007

La dinámica del odio

He leído y releído tu contestación, Sasha, y se me ocurren tantas cosas que, paradójicamente, me he quedado callado, y con ganas de no volver a escribir sobre esta cuestión. Pero considero un deber intentar contestarte. Un deber para conmigo mismo, y si de algo sirve (que lo dudo porque ¿Cómo convencer al que ya está convencido?) también para ti.

Me hablas de cómo la prensa adultera el conflicto, y estoy de acuerdo; pero del otro lado. Cuando oigo por televisión que los cohetes que se lanzan sobre una ciudad israelí, son “primitivos artefactos” (sic) lanzados por palestinos desesperados, algo así como una lluvia de flechas, no puedo menos que irritarme. Cuando se muestra en primer plano una mujer desesperada y un niño sangrando, mientras una voz en off habla de “asesinatos” selectivos, sin mencionar lo que realmente pasa; no puedo evitar pensar que estoy frente a otro diabólico Goebbels que muestra sin mostrar y que convierte los hechos en nuevos por el sofisticado procedimiento de mostrar la parte por el todo.

No se como será la prensa en tu país, pero te aseguro que aquí, en España, difícilmente se puede ver un noticiero sin que un amigo honrado de los judíos (con honradez estoy diciendo ni fanatizado, ni que acepta in totum la política del gobierno hebreo) pueda sentirse indignado por el tratamiento unilateral de la información.

Pero en este plano la conversación, o más bien los monólogos, son interminables. A un ejemplo le sucede un contraejemplo y no hay forma de terminar. En realidad la conversación repite, punto por punto, la falta de entendimiento que hace que este conflicto se eternice.

Usas las frases de antiguos sionistas de manera muy artera, debo decirlo. Es muy fácil encontrar afirmaciones irritantes, y de subido estilo nazi en cualquier nacionalista de cualquier país, en cualquier momento de nuestra historia reciente. Y esto sucede así porque el nazismo no ha sido otra cosa que la exacerbación de lo que existió en Europa primero y luego en los demás países del mundo. El nacionalismo está íntimamente emparentado con el racismo, por más que los nacionalistas no quieran aceptarlo. Subyace el espíritu de tribu y la misma concepción de “tribu” lleva a una sobre valuación de las características propias en detrimento de las ajenas (aunque ese balance sesgado quede, la mayor parte de las veces, en penumbra).

Por supuesto que existen nacionalistas democráticos en tanto no plantean métodos violentos y carecen de las posiciones extremas de otros que han hecho triste historia; pero yo no estoy juzgando políticos en activo, sino refiriéndome a las profundas afinidades que hay en todo pensamiento nacionalista como opuesto a un pensamiento liberal basado en la igualdad básica de todos los pueblos y en la necesidad de promover condiciones ni restrictivas ni directivas autoritarias de desarrollo social.

Por supuesto que puedo traer afirmaciones de autoridades palestinas, de antes de la existencia del Estado de Israel (para no hablar de las posteriores), que igualarían sino superarían las barbaridades dichas por algún sionista en su momento más calenturiento… pero lo considero ocioso, y en última instancia, participando de un juego que me parece sucio porque no busca la raíz del conflicto sino sólo demonizar a una de sus partes.

Yo no demonizo a los palestinos, ni deseo para ellos el infierno o la desaparición como pueblo; pero no creo que tengan posibilidades de éxito, de supervivencia y de desarrollo sin persisten en seguir a líderes extremistas y a ideologías profundamente autoritarias y antijudias. El Estado de Israel no puede ser eliminado por voluntad de Hamás, ni sus locos humanos-bomba (y no digo “hombres” porque la experiencia ha demostrado que no trepidan en usar mujeres y niños si con ello logran aumentar su cuota de cadáveres). Ni va a ser reducido el conflicto convirtiendo a los sionistas en el nuevo Satán, ni recreando el Holocausto como parece querer el actual presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, en amenazas que por cierto deberían ser tomadas en serio.

No sólo los palestinos, también los árabes y en general los pueblos islámicos están presos de una dinámica de odio que si bien por un lado los une en un odio común (frente a tantas cosas concretas que los separan), por el otro los lleva a un camino sin salida o hacia un holocausto generalizado donde desaparecerá el Estado hebreo y de paso las tres cuartas partes de los Estados islámicos.

Es curioso, por no decir espantoso, que aquellos que temían una guerra nuclear entre USA y URSS ahora no parecen particularmente afectados cuando Irán amenaza partir en dos a Israel, como si se tratara de un conejo corriendo por el desierto. ¿Es que te crees realmente que alimentando ese odio al judio y al Estado hebreo habrá alguna posibilidad de solución del conflicto?

¿De que sirve que digas que no eres antijudio sino sólo antisionista… si todos los estados árabes actualmente no hacen esa distinción, ni tampoco la hacen aquellos que quieren ver a todos los judíos en el agua, nadando frenéticamente frente a su Estado desaparecido! ¡a quién estás sirviendo! ¡piensas que los judíos van aceptar pasivamente que les corten la cabeza, confiando que los ejecutores sepan distinguir sabiamente entre el judío fanático, el judio liberal, y el judio pacifista!

Realmente tu discurso puede justificarse en muchas citas, en innumerables citas que demuestran simplemente que ha habido, hay y habrá judíos nacionalistas, judíos racistas y judíos , que como individuos, merecen una patada en el culo… pero ¡esto justifica que los judíos sean nuevamente aniquilados por ser un pueblo que sólo busca dominar-al-mundo!

En el conflicto que es el motivo de este intercambio de ideas los palestinos han sido usados perversamente por sus propios amigos musulmanes; una de las tragedias, y no menos importante, de este pueblo es ser traicionado constantemente por sus líderes y por sus supuestos aliados. Aunque prefiero eludir las citas para analizar lo que considero el fondo del asunto, no puedo evitar recordar lo que decía Radio El Cairo allá por los años 1950; “Los refugiados son la piedra angular de la lucha árabe contra Israel. Los refugiados son las armas de los árabes y el nacionalismo árabe” (1). Y siguen siendo rehén de la política que busca, antes que nada, eliminar el Estado hebreo del mapa de la región.

Así que mi pregunta fundamental es ¿qué es lo que persigues con esa denuncia del sionismo al cual sibilinamente separas del pueblo judío, como si fuera un grupo de peligrosos dementes racistas? Cuando en ese momento se cultiva hasta la perfección técnica el cultivo de reservas de “mártires” destinados a hacer volar civiles en todo Israel como política habitual (y no puedo menos que recordar las viejas prácticas localizadas en esa misma tierra de la secta de los “asesinos”) y cuando tenemos en el horizonte la posibilidad muy real de un estado iraní dispuesto a erradicar a Israel utilizando la bomba atómica (amenaza que no puede ser banalizada), ¿a que apunta la supuesta demostración de una conspiración sionista que abarca desde los medios de prensa occidentales hasta el gobierno de EEUU?

Estoy seguro que tus palabras son acogidas con regocijo en todos aquellos que les gustaría hablar de los judíos en tiempo pasado. No digo que sea tu propósito, lo que sí creo es que ese mensaje implica la santificación del odio hacia el judío, so pretexto que sólo se repudia al “sionista” y no al judío-de-a-pié, y conduce directamente a la justificación de la liquidación del Estado de Israel, por todos los medios violentos que estén al alcance de los “antisionistas”.

Por otro lado no me opongo, ni mucho menos, a la crítica a determinadas políticas de determinado gobierno de Israel; lo contrario sería absurdo, ya que daría carta blanca a cualquier gobierno so pretexto que tiene enemigos poderosos. Pero una cosa es criticar un gobierno y otro el atacar el pueblo que le da sustento. Tu diagnóstico del sionismo va más allá de marcar un grupo radical dentro del pueblo judío, implica a millones de personas que desde el Estado de Israel o desde el exterior apoyan la existencia de tal Estado y el derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras.

Naturalmente que no niego el derecho de los palestinos a “tener su propio Estado”; pero antes de generar un estado enemigo cuya única política fundamental sea acabar con el vecino, cualquier judío sensato se lo pensará dos veces, si no más. Considero justo, pues, que el Estado palestino futuro tenga su desarrollo en la medida que no sólo los palestinos, sino los árabes en general firmen una paz real con Israel y con el pueblo judío. Que se deje de marcar en las escuelas árabes a los judíos como siniestros personajes, al estilo de la propaganda nazi; que se eliminen radicalmente los grupos terroristas dispuestos a matar como arma política; que se den pasos reales hacia la conciliación… y entonces no debería haber obstáculos, por parte de Israel, para que los palestinos dispongan de su propia soberanía. Pero ¡ahora! ¿en que condiciones? Te parece razonable que Hamas disponga del poder de un estado soberano, capaz de armarse hasta los dientes, y con capacidad de actuar bajo cualquiera de los múltiples pretextos de la propaganda antisionista. ¿Esto es predicar justicia… o simplemente dar una pistola cargada a quien odia para que cumpla su propósito sin cortapisas? (mirando, despistado para otro lado, porque uno no está para entretenerse con esas minucias políticas) ¿Y esto puede justificarse con citas del siglo XIX o del XX, o de supuestas conspiraciones del poder y de la prensa judía? Vamos, Sasha, para ese resultado no hay necesidad de tantas sutilezas ni discriminaciones escolásticas entre el judío bueno y el judío malo.

Nota:

(1) citado por Paul Johnson, en “La historia de los judíos”, Vergara, 2004, pág. 630.