miércoles, 27 de junio de 2007

Para que la Paz y la Convivencia sea auténtica

Estimado Sasha, he leído tu último mensaje, denso y con argumentos muy precisos, y creo que éste necesita algunas aclaraciones, comentarios y puntualizaciones:

Escribes, al principio, que yo debería ser sancionado por cometer lo que llamas con jerga boxística “golpes bajos” ¿Qué quiere decir con esto? ¿Qué he mencionado cosas que no debía mencionar? ¿Qué traigo temas que no corresponden a nuestra discusión? ¿Forma parte de estos “golpes bajos” afirmar que tus palabras serán acogidas con regocijo por todos los enemigos de Israel? ¿Acaso consideras que tus argumentos no son los de ellos, o que se le parecen en casi todo? En cualquier caso deberías explicarme que consideras “golpes bajos”, en principio para no volver a cometerlos, si comprendo que temas debo omitir; o en todo caso para conocer, de primera mano, que clase de cuestiones consideras poco pertinentes.
Dices un poco más adelante refiriéndote al terrorismo practicado por algunos palestinos y a los cohetes que lanzan sobre suelo israelí: “La causa raíz no es otra que el hecho de que a los palestinos se les arrebató su tierra, su patria ancestral, lo hicieron sin su consentimiento y lo lograron mediante el empleo de la fuerza.” Nada más falso, estimado Sasha; pero esta suposición es fuente de desgracias permanentes para una tierra martirizada por el odio y la lucha fraticida. Adoptas in totum la manera de considerar la situación de los más radicales palestinos, y como como cualquiera puede comprender, si reflexiona un momento, pretender que los judíos acepten esa manera de pensar es lo mismo que pedir que metan la cabeza en el horno y abran la espita de gas.
Siguiendo la lectura de tus razonamientos me ha llamado poderosamente la atención estas palabras que escribes: “Todos los crímenes posteriores, absolutamente todos, incluido el tan publicitado "terrorismo" de los atentados suicidas de ayer y los katiushkas de hoy, no son más que la consecuencia inevitable de aquella injusticia original.”
Aquí expones la teoría general, de la cual el conflicto que tocamos podría se considerado un caso particular, de que todo daño o maldad puede justificarse si hay una causa noble que los explica. Por lo tanto la matanza de civiles inermes judíos no son otra cosa que “consecuencias inevitables” de la maldad de los sionistas. Sinceramente me agrada que digas las cosas con tanta claridad; por estas tierras tenemos mucha gente que piensa igual… pero no se atreve a ponerlas por escrito, y si lo hace, emplea tantos circunloquios que al final el lector no sabe a que atenerse. Por eso alabo tu sinceridad: “Todos los crímenes posteriores, absolutamente todos…”
Esta rotunda afirmación tuya recuerda muchísimo a aquella otra, tan cara a los terroristas de todo pelaje: “no hay inocentes”, como lo describe Olivier Roy: “Este concepto, esta idea de que no hay inocentes nació de un anarquista francés en 1904, el primero que puso una bomba en un bar. Hasta entonces los anarquistas mataban al rey, princesas, obispos, diputados, parlamentarios, y un día un anarquista puso una bomba en un bar, y el juez en el juicio dijo: ¿pero por qué ha matado a inocentes? Y él contesto: no hay inocentes. Es un tema recurrente luego en los demás.” (ver http://www.mediterraneas.org/article.php3?id_article=395).
Obviamente si “todos los crímenes posteriores” son consecuencia inevitables… el concepto de “inocente” no tiene cabida aquí. Si uno se encuentra por casualidad en una cafetería, en un mercado, o simplemente leyendo el diario dentro de su casa, y es objeto de un atentado…o de la caída de un cohete palestino, en la medida que tal hecho era inevitable debido a sus causas primeras, (no debía estar ahí, y por lo tanto si estaba…) de alguna forma participa de esa culpabilidad colectiva que el principio establece.
Los judíos no son inocentes, y por lo tanto es razonable pensar que si mueren víctimas de un atentado terrorista en Israel, ya el sólo hecho de habitar esas tierras de manera ilegítima los convierte en copartícipes de una invasión y un dominio injusto.
Sobre lo que estableces no pretendo hacerte cambiar de opinión ya que estás convencido y no dejas lugar para describir las cosas como si, por lo menos, fuera un problema en que ambas partes tienen luces y sombras. Tal como lo planteas es una lucha entre el bien y el mal, de la luz contra la sombras… y por supuesto nadie desea que gane el malo. Pero si algún lector desprevenido cree que con estos mimbres se puede tejer alguna clase de acuerdo… mejor que se de cuenta que no es posible mientras se mantenga esta manera de pensar. Esto, por favor, que quede, también, muy claro.
Según tú, la única solución es:
“1) Los sionistas deben regresar a los espacios que poseían con anterioridad a 1967, esto es, deben cumplir todas las resoluciones de la ONU. 2) Los sionistas deben aceptar que los palestinos expulsados de sus hogares, negocios y plantaciones puedan recuperar su legítimo dominio, status del que han sido privados por leyes expoliadoras y racistas sostenidas durante más de 40 años por las fuerzas militares de ocupación. 3) Los sionistas deben indemnizar todos los daños materiales y morales cometidos contra el pueblo palestino. 4) Los sionistas deben demoler todos los muros, verjas, vallas y puestos de control establecidos sobre los territorios ocupados, sin excepción alguna. 5) Los sionistas deben desocupar y reconocer que la zona este de la ciudad de Jerusalén será la capital del Estado Palestino. “
Es decir en buen romance por si alguien no termina de comprender las consecuencias de tus proposiciones “de paz”:
1. Volver a un Estado con fronteras tales que cualquiera pueda invadirlo, en cualquier momento troceándolo, en varias partes o rehaciéndolo por completo 2) aceptar que todos los que se fueron en las condiciones en que se fueron, (gran parte voluntariamente creyendo en las promesas árabes de destrucción inmediata del Estado de Israel), vuelva a integrarse a una sociedad que ni está preparada para ello ni puede enfrentarse con tal desafío sin grave riesgo de fragmentarse y hacerse políticamente imposible como Estado de Israel 3) pagar todas las indemnizaciones que fijen los propios palestinos, con sus reconocidos criterios de objetividad y equidad, abocando al estado a una quiebra inminente. 4) eliminar cualquier sistema de autodefensa del Estado y la población judía. 5) desocupar cualquier zona que no esté en el plan inicial de las UN y favorecer la creación de un estado palestino fuerte, con gran probabilidad dirigido por extremistas musulmanes, encaminado a luchar hasta la muerte contra los infieles vecinos.
Si alguien cree que este programa es de Hamás… se equivoca; esta pensando por alguien que no es antijudio (o que no está dispuesto a reconocerlo) y que sólo quiere el bien para todos, los palestinos por supuesto y los judíos también (como no podía ser menos).
Si alguien considera que este programa, tal como figura más arriba, es sostenido en todos sus términos por cualquier estado árabe al día de hoy… tengo la impresión que se equivoca también; ya que ni siquiera Arabia Saudita defiende supuestos tan radicales que son totalmente imposibles de cumplir.
Pero lo más gracioso, si no fuera directamente horripilante (por sus efectos) de este “generoso” plan es su epílogo: “Así habrá paz, convivencia auténtica y respeto de los derechos humanos para todos los seres humanos que vivan en la tierra de Palestina, sean estos de religión musulmana, judía, cristiana o no tengan religión alguna. Chuikov.”
Que alguien me diga tan suelto de cuerpo que con ese plan se establecerá la paz en palestina y que todos vivirán felices y comerán perdices… lo considero una broma de mal gusto; si no fuera que hasta es posible que alguien se lo crea. Más si se lo cree sólo es porque le conviene creerlo, porque le importa un comino lo que realmente pueda pasar… mientras sus odiados sionistas sean apartados de toda posibilidad de sobrevivir decentemente.
No obstante un poco más abajo, reflexionas: “Yo Sasha no tengo ningún problema, dificultad ni malestar ante la religión de los judíos y admiro la riquísima cultura judaica. querido Chuikov, es hora de que lo aceptes.”
Y diera la impresión que para ti toda cultura judía puede ser digna de respeto en la medida que se haga en el exilio… y con permiso y la benevolencia de los no-judíos. Si tal cultura se hace por judíos adecuadamente domesticados, que no representan una peligro para nadie, que no son demasiado ricos, que no tienen ningún poder, que cultivan sus creencias en la intimidad de sus hogares… ¡bienvenidos sean! Pero que de ahí no pasen… porque se expondrán a todas las venganzas posibles de aquellos que sienten ultrajados, expoliados, o simplemente amenazados.
Según tu manera de pensar, (tal como me la expones), los judíos (no los sionistas) no son malas personas, que pueden vivir incluso en Palestina; pero que por supuesto no tienen allí, como en ningún otro lado, cierto tipo de arraigo especial. Todo el mundo sabe que la gente natural de Palestina son los árabes que viven allí desde hace siglos, y que se fueron aquerenciando en el lugar como resultado de un proceso sano y natural que no consiste en otra cosa que ocupar un lugar vacío. Es verdad que hace siglos había judíos en la región; pero se fueron hace mucho (por lo menos la gran mayoría), movidos probablemente por su espíritu inquieto y quizá, por qué no, en busca de ganancias fáciles por otras tierras.
Estoy seguro que este razonamiento no lo aplicarías a otros lugares y gentes. No se te ocurriría, por ejemplo, afirmar que dado que las Islas Malvinas han sido ocupadas desde el siglo XIX por colones ingleses… son “naturalmente inglesas” y que la reivindicación territorial de Argentina es un despropósito basado en papeles viejos que nada tienen que ver con la vida real. O quizá algún lector que participa de tus ideas y que viva en este otro lado del Océano piense algo similar respecto de Gibraltar, que al fin de cuentas lleva más siglos en manos del personal inglés, y que habría que remontarse muy atrás para encontrar autoridades españolas en esa zona. Pero me temo que no; que en estos casos rigen otros principios, y los colonos ingleses no tienen derecho a una independencia de GB. al igual que otras colonias británicas.
Pero cuando en uno de tus mensajes anteriores escribes: Llegaron para colonizar y apoderarse de un territorio, de un país que no era suyo, y para lograrlo debieron expoliar, boicotear, negar, desarraigar y perseguir a sus tradicionales habitantes …” aplicas claramente otros criterios. Son los palestinos, porque estaban allí, sus habitantes tradicionales; y los judíos no tienen ninguna razón ni lógica ni histórica en querer volver a su tierra de la que fueron expulsados manu militari o condenados a vivir como ciudadanos de tercera clase, hace muchos siglos. Digamos, según tu parecer, que ha prescripto cualquier derecho, y que por lo tanto nada queda por alegar.
Pero, se me ocurre preguntar, ¿Dónde está escrito que uno ya no puede volver a la tierra de sus ancestros? ¿Cuántos años, décadas, siglos, milenios… son necesarios para borrar toda posibilidad? ¿Ha prescripto el derecho de los argentinos a volver a unas Islas que nunca habitaron realmente y que le fueron traspasadas su dominio por su anterior pertenencia a la corona española?
Y si por otro lado ese abandono nunca fue radical sino que quedaron pequeñas comunidades residentes… en que lado consta que ello no impide que a partir de su liquidación por las tropas imperiales de Roma, se considere que los judíos ya no tienen en estas tierras ningún derecho de poblarlas y vivir en paz.
No es un golpe bajo esta referencia; sólo se trata de hacer ver como resulta fácil asignar legitimaciones en una zona y resulta muy complejo en otra. De la misma manera que las Naciones Unidas aceptaron la necesidad de un estado judío-palestino, y que por imposibilidad política en la medida que los palestinos no deseaban compartir alguna clase de poder con sus hermanos judíos, surgió la problemática idea de dos estados que agrupara etnias diferentes. Todo esto es historia conocida, y aunque sea materia de diferentes especulaciones, según la simpatía que nos merezcan unos u otros personajes, lo que sí es real es que el nacimiento del Estado de Israel fue legal y legítimo, tómese esta última palabra como se tome.
Pero esto no es ahora ya el tema principal. Cualquiera sabe que si se levanta la tapa de las reclamaciones basadas en hechos históricos el mundo volvería a sumergirse en multitud de guerras locales. Basta con volver un poquito atrás… sólo hasta 1945 para que toda Europa viera su tranquilidad amenazada. Quizá no tengas en cuenta que gran parte de la Polonia actual fue alemana durante siglos; que una parte importante de la Rusia actual fue polaca durante siglos, y así de seguido… hay situaciones similares en muchas partes del mundo. En Europa, con buen criterio, se decidió cerrar la puerta a los demonios y aceptar las fronteras tal como ahora existen; y a partir de este reconocimiento Europa ha crecido y se ha repuesto de las dos grandes guerras civiles que la asolaron en el período 1914-18 y 1939-45 ¿por qué no se puede aplicar la misma medicina en otras partes del mundo? Pregunto.
Por qué no pueden los palestinos aceptar que han perdido definitivamente el tren en determinadas cuestiones, como la vuelta de los emigrados (algo absolutamente imposible si se quiere mantener un Estado Judío con la fisonomía actual), y construir, desde su propio estado, el futuro codo a codo con un estado judío que no ha desaparecido (tal como soñaban) sino que se ha fortalecido lo suficiente como para desaparecer jamás (a menos que un holocausto nuclear lo barra, junto con todos los países de esa amplia zona).
Por qué se alimenta el odio irracional hacia el judío en todos los estados musulmanes de la zona, cuando han sido estos mismos estados los que demostraron con su incapacidad y corrupción que no pueden crecer en prosperidad sino superan sus propias estructuras feudales. ¿Qué clase de convivencia pacífica se puede confiar en tener en la zona si se enseña en las escuelas, desde la más tierna infancia, que los judíos son perversos y que volar por los aires, junto con la mayor cantidad de judíos que se pueda, es un pasaporte seguro para el paraíso?
Todas estas preguntas carecen de sentido para los que sienten un odio irracional, visceral, y eterno hacia el judío; al que identifican con una perversa simiente tal como, en su momento, supieron expresar tan claramente los nazis. Para ellos la única solución es la liquidación, y diera la impresión que así lo piensan una parte importante de los intelectuales y la población de los estados enemigos de Israel. Pues bien… se quedarán con un palmo de narices, y también te quedarás tú con tu manera de pensar, porque independientemente de que te guste o no, los judíos han alcanzado la posibilidad de vivir independientemente y no creo que piensen en volver atrás…
El problema es de aceptación de la realidad actual, de las fronteras actuales, tal como decenas de años de conflictos la han diseñado, y partiendo de una puñetera vez del principio de la coexistencia pacífica de Estados independientes pero no dispuestos a aniquilarse en una carrera armada donde el primero que se despista correrá el riesgo de ser aniquilado. Mientras se mantengan reivindicaciones como las que propones… tendremos conflicto para un milenio. Aunque quizá sea, de una manera perversa, los que muchos pueden estar buscando. Es fácil tener un chivo emisario de las frustraciones a las que el retraso persistente nos provoca. Con la cultura actual y los valores que poseen los estados vecinos de Israel, sólo pueden prosperar en tanto sus recursos naturales, como el petróleo, sigan existiendo y sean vitales para la sociedad occidental. Si la tecnología encuentra alternativas viables, ya me dirás a donde irá tanto Jeque millonario con sus mezquitas y sus soflamas antijudias; y donde quedarán los palestinos que rechazando a los judíos de plano no hacen otra cosa que labrar su desventura ya que, como se ha demostrado desde el 47, sus “hermanos” árabes son idóneos para darles armas e ideología, pero no para darles, a pesar de su riqueza, el bienestar económico mínimo para que puedan prosperar como pueblo.
Es curioso, en este último sentido, como los judíos han hecho un gran esfuerzo por reasentar a sus hermanos de otras tierras expulsados por la intolerancia musulmana, y en cambio, los árabes nada han hecho para reubicar a los poblados de refugiados palestinos. Los quieren para que sufran, para que muestren al mundo su miseria, y por lo tanto para mantener viva la llama del odio al judío, causa evidente de toda esa pobreza. ¿Cuándo terminarán por darse cuenta los palestinos que han sido y están siendo usados por sus “hermanos” como una herramienta más dentro de la compleja política del mundo árabe? La miseria y el sufrimiento palestino tienen un significado político y es un arma que apunta al corazón del Estado de Israel; ésta es la concepción que se tiene del problema por parte de los estados enemigos de Israel, por lo tanto, mantenerlos en tal situación es parte esencial de esa política de agresión.
Una de las cosas que ni te has dado cuenta, con tu ataque sistemático al estado judío, es que éste es, comparativamente, el más democrático y adelantado de todo el Oriente medio; y que ese adelante no es sólo fruto de ayudas exteriores, sino de una mentalidad abierta que es propia de nuestra civilización occidental. En cambio, los sufridos palestinos… siguen buscando en la bandera verde de Hamás la solución de sus problemas. ¡Y después me dices que la culpa está del otro lado! Quizá esta manera de pensar, el externalizar las culpas y considerar que los problemas siempre vienen de los ajenos no es casual en tu manera de pensar. Prefiero no hacer hipótesis, pero si, por ejemplo, se aplicara esta manera de pensar a los problemas internos de cualquier país, sería fácil seguir viviendo sin asumir responsabilidades propias. Si un país va mal… ¡la culpa la tienen “los de fuera”! Y nunca “los de dentro” han colaborado para mantener tal situación. Como estilo de pensamiento tengo que reconocer que es bastante habitual, Sasha; como así también resultan bastante habituales, lamentablemente, tu manera de pensar el conflicto. Es posible que luego de pensar así te quedes tan tranquilo, lejos, muy lejos de esa tierra acosada por graves problemas… pero te aseguro, en un intento de turbar tu tranquilidad, que esa manera de pensar es parte también de la insolubilidad aparente del conflicto. Como se ha demostrado en otros casos en el mundo, sólo bajándonos de las posiciones “puristas” es cuando el acuerdo empieza a vislumbrarse como alternativa. Pero para ello se requiere, aunque más no sea por cansancio histórico, dejar de considerar al otro un villano irredento. Cosa que según veo, estás bastante lejos de considerar.

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