lunes, 14 de mayo de 2007

El derecho a existir (Chuikov)

Tu última reflexión, estimado Sasha, me ha dejado perplejo. Detrás, o debajo, de una reflexión política aparece un fondo de rabia y rechazo que no hace ningún bien al análisis objetivo del conflicto que analizamos hace tiempo. Por supuesto me dirás que en mis mensajes también adviertes lo mismo... pero me animaría a decir que "no es lo mismo", aunque se le parezca en la forma.
Me hablas de las maldades del sionismo, como si éstas fueran surgidas de una profunda perversión moral (o por lo menos esa es la impresión que ofreces); y además de ser discutibles tus afirmaciones... en ningún caso creo que en política nos encontramos frente a un bando "bueno" y el otro "malo". Obviamente los ejércitos no se mueven ni las personas son capaces de afrontar duras condiciones de vida sino pensaran que están del bando "bueno", y que del otro lado, por una sencilla lógica, está el bando "malo"; pero en la realidad las cosas no son así, y si uno las analiza, las escribe y las piensa, hay que evaluar como premisa básica, creo, que estamos hablando de seres humanos que en cuanto colectividad contienen todos los matices del gris desde el punto de vista moral.
Pongo un ejemplo, escribes: "...Nunca confesaron la alianza con los boers y demás racistas de Sudáfrica", y una cosa es la política internacional de un Estado, y otra, muy diferente, es, creo yo, condenar o culpabilizar un pueblo por las actuaciones del dia-a-dia que a veces es menester hacer como Estado que actúa en una siempre intrincada coalición de intereses y antagonismos.
Es curioso que siempre omitas las "estrechas" relaciones de los palestinos (y sus vecinos árabes), primero con el gobierno alemán nazi, luego con la diáspora nazi , y posteriormente con la dictadura soviética. Pero de allí, no se puede deducir que todos los palestinos son convictos de perversión (o por lo menos yo no saco estas conclusiones). Es evidente que un Estado busca amigos donde puede, y que los grupos políticos hacen lo mismo; y no siempre ni los sujetos principales ni los secundarios son gente certificada en buena conducta (democráticos, respetuosos de los derechos humanos, etc. etc.).
El problema, según lo veo, es que tú pides al Estado de Israel, lo que normalmente no se exige a ningún otro Estado. Nadie cuestiona a Francia, como país y Estado, por qué su gobierno hoy esté (o ha estado) más amigo de los siniestros iraniés que de las democrática norteamerica. Pero ¡cuidado! Israel no puede hacer sólo una política de supervivencia sino que, además, su política debe ser impecablemente moral, so pena de convertirse en un Estado... a extinguir.
No me parece razonable. Ni tampoco me parece lógico que se mezcle continuamente lo que piensa una parte de su población, a la que podríamos llamar "sionistas" en tanto defensores a ultranza de una manera de enfocar la política exterior e interior del Estado deIsrael , con las necesidades de supervivencia de un Estado que rodeado de fuerzas muy superiores, tremendamente superiores, lucha por su existencia desde 1947.
Obviamente el estado de Israel nace de una decisión de las Naciones Unidas. Decisión que en su momento fue un parto muy difícil y que da lugar a discusiones de todo tipo; pero ¡acabemos de una vez! o es un Estado hecho y derecho y por lo tanto tiene toda la razón (y la fuerza que pueda) para defenderse, o es un Estado contrahecho que sólo puede mantenerse con apoyo constante extranjero. Esa última perspectiva es la de muchos vecinos de Israel, y con esa perspectiva no hay paz posible, ni acuerdo de ninguna clase.
Y por esto no hay acuerdo posible entre nosotros respecto del tema que discutimos. Da la impresión que tú no estarás satisfecho hasta que ese Estado desaparezca; yo no acepto ni su desaparición ni su culpabilización por las razones (de toda clase, algunas muy lejanas y otras muy cercanas en la historia) que algunos esgrimen.
Cuando escribes: "Machaconamente repiten por los medios de comunicación que el Muro "es para defendernos de los terroristas suicidas", pero en la práctica, su construcción arrasa los cultivos de los Palestinos, fracturando poblaciones, aislando a miles de personas, encarcelando a otras y apoderándose de más y más territorios, por supuesto, ellos jamás lo confesarán." no veo ninguna lógica razonable, digna de ser atendida en un diálogo entre palestinos e israelíes. Se habla de "fracturar" poblaciones, pero no se habla del terrorismo constante que se refugia en estas poblaciones (haciendo, además, un flaco favor a los palestinos civiles que no quieren implicarse en la violencia -que supongo que los hay-). Se habla de política represiva sin ver los cohetes que parten constantemente de las zonas limítrofes a las poblaciones civiles de Israel y que caen donde pueden, pero siempre provocando víctimas inocentes sin ninguna clase de status militar.
¡Es que no se puede culpabilizar a una parte cuando son los propios palestinos los que en ningún momento están dispuestos a frenar a sus propios comandos terroristas!
Pero ya se que estos argumentos no te hacen mella, porque te limitas a mirar sólo hacia un lado... Me gustaría que en tus análisis incluyeras los graves errores de los palestinos que muchas veces han sido condenados ¡por sus propios amigos árabes! a ser simplemente carne de cañón y a mantener vivo el conflicto. Un conflicto que sirve muy bien a todos los países islamistas para ocultar sus propias lacras y para hacer mirar a su población hacia fuera... lejos de donde realmente está el mal.
No se trata de "blanquear" a los judíos, ni establecer la premisa que todo lo que haga el Estado de Israel es justo y bienaventurado. Mi opinión es que deben ser tratados, en sus errores y virtudes, con la misma vara que los franceses, los alemanes, los españoles, los argentinos y cualquier otro pueblo de la tierra que tiene derecho a su existencia. En este sentido no estoy de acuerdo, como resulta evidente, con algunas exageraciones de los integristas judíos (que los hay, igual que en el cristianismo o en otras religiones, sobre todo las de origen semítico), pero de allí a culpabilizar al sionismo de todos los males de esa tierra tan disputada y tan torturada... hay un océano de distancia y de incomprensión.

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