sábado, 30 de abril de 2016

XV

Cuando los senderos se bifurcan hasta reencontrarse.
Alec Mendoza

Parte XV



Semblanza de Abraham Stern. (*)

Patrick Bishop, es autor de varias historias militares, y  ha recreado en “The Reckoning”: Death and intrigue in the Promised Land.  Editado por Harper Collins en 2014, la dramática vida de Abraham Stern.  A veces, el mismo libro se presenta otro título. “El misterio de Wells”: ¿Cómo la muerte de un hombre cambió el destino de la tierra prometida? La editorial es siempre la misma, Harper Collins de Nueva York.

Este libro,  partiendo de fuentes británicas e israelíes, ofrece una mirada original y documentada sobre un capítulo de la historia sionista que pocos lectores conocen. Hay muchos detalles sorprendentes en la compleja vida del Yishuv durante la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo ¿Quién sabía que la Fuerza Aérea de Italia bombardeó Tel Aviv en 1940, matando a 167 personas? Y que esta acción de la aviación fascista fue objeto de gran admiración por Abraham Stern.  Lo realmente sorprendente es que este episodio bélico ha sido olvidado por los historiadores oficiales del sionismo y sus propagandistas.
El autor enriquece  nuestra comprensión sobre las rivalidades e intrigas del sionismo en las luchas libradas en la tierra prometida en el significativo período que va de 1930 a 1949.

Patrick Bishop  describe a Abraham Stern como un individuo de gran carisma y poseedor de un verbo cautivante para anunciar seductores presagios, pero también nos recuerda que era  una persona que se manifestaba  profundamente inestable.                                                                    

Nacido en Polonia en 1907, al estallar la Primera Guerra Mundial su familia tuvo que ocuparse en buscar refugio en varios países de Europa. Stern creció con ausencia de las figuras parentales, vivió situaciones de abandono y persecución, en medio de graves dificultades y constantes amenazas para poder sobrevivir.  
Desde que llegó a Palestina en 1926 en plena juventud, 19 años, Stern se relacionó con  la facción "Brit HaBirionim", un grupo religioso de la derecha judía poco tolerante con la política oficial del Yishuv, esto es, la Agencia Judía y los sionistas laboristas de Ben Gurion y Weizman. "Brit HaBirionim" (en castellano “Unión de Rebeldes Sionistas”, también era conocida por “Banda de muchachones o gamberros”) en principio la secta seguía los postulados del sionismo revisionista. 

Fue la primera organización clandestina contra los ingleses. Desde su creación en 1925 las ideas de esta minoritaria facción tuvieron influencia sobre la juventud clandestina revisionista y también sobre muchos otros extremistas judíos. Los fundadores y principales ideólogos eran dos intelectuales, el periodista militante del sionismo revisionista Abba Ahimeir y el poeta Uri Zvi Greenberg. Este fue el primer intento de unir el nacionalismo militarista con elementos místicos religiosos.


Stern era considerado  como un joven  con una intensa compulsión para dirigir lo que otros debían realizar, era "un show-off man” con marcados rasgos narcisistas. Se dedicó a escribir algunas obras teatrales estudiantiles de contenido patriótico que él nunca protagonizó y poesías de tono épico de dudoso gusto. Stern, en 1932, se incorpó al Irgún Zvai Leumi, la organización militar clandestina que Vladimir Zeev Jabotinsky dirigía desde el exterior en franca oposición a la Organización Sionista Mundial.  

El gran problema que tenía Stern era su incapacidad para  compartir protagonismo con otros. Su nombre de guerra "Yair", (el Iluminador) fue adoptado en homenaje a  Eleazar Ben Yair, el comandante de los zelotes en Masada durante la revuelta judía contra Roma en el año 70 dC, líder de la resistencia judía que  prefirió el suicidio masivo antes que rendirse. 

Stern no quiso ni pudo incorporarse a la Hagana por radicales diferencias personales con las políticas probritánicas, las de tinte socializantes y de defensa contenida frente a los árabes; no pudo permanecer en el Irgun porqué se negó a obedecer a Jabotinsky y se enfrentó duramente con su amigo David Raziel, y finalmente no hizo la menor autocrítica cuando gran parte de su banda lo abandonó y  él prefirió quedarse junto a unos doscientos fanáticos que lo idolatraban.

Predicó una ideología embriagadora de la lucha armada contra los gobernantes británicos en Palestina. Las operaciones de su grupo incluyeron numerosos asaltos violentos  a casas bancarias, de seguros y puestos sionistas de recaudación de fondos, y ordenó una gran serie de atentados con bombas y granadas que costaron la vida de oficiales británicos, policías judíos, policías árabes, comerciantes palestinos y transeúntes inocentes.  Stern nunca participó en las operaciones, él era la inspiración,  pero no el hacedor. (“Stern: The man and his gang”. Libro citado de Zev Golan. Especialmente véase el impresionante Apendix A: Chronological List of Leji Operations). 

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, los grupos armados sionistas suspendieron las hostilidades contra los británicos, para enfrentar a la Alemania nazi.  La excepción fue la Banda de Stern.

Stern explicaba a sus seguidores que ante pueblo elegido había “perseguidores” y “enemigos”. Los alemanes podían ser “perseguidores”,  igual que muchas otras naciones a través de las épocas lo fueron. Pero lo peor, decía Yair, eran los “enemigos”, los ingleses, quienes usurparon y gobernaban la tierra que pertenece desde tiempos inmemoriales a los judíos. Con los “perseguidores” se puede acordar, con los “enemigos” hay que luchar. De acuerdo con esta peculiar lógica, los británicos eran peores que los nazis.

De hecho, Stern tenía la extraña idea, en parte realizada,  de unir sus fuerzas con la Italia fascista y la Alemania nazi contra los británicos y aliados. A cambio, los italianos y alemanes entrenarían a los hombres que luchaban por la libertad de Eretz Israel y ayudarían a la inmigración de los judíos de Europa para radicarse en Palestina. Stern, trató de vender su extraño plan a los nazis, cuando Hitler estaba ganando la guerra y sus generales aconsejaban apoyar a los árabes.  
Esta posición tan extrema de Stern lo marginó definitivamente del movimiento sionista oficial y del revisionismo. Incluso muchos de  sus antiguos camaradas no querían tener nada que ver con él, y su conducción se redujo al mando de un grupo de cómplices. 

El MI5 y el MI6 estaban convencidos que Stern en realidad era un fascista que se ofrecía como el potencial “Quisling de Palestina”, sabían de sus intensas relaciones con los italianos y de sus intentos de pactar con los alemanes, los especialistas en seguridad lo consideraron un terrorista muy peligroso y colaborador del enemigo entonces tomaron la decisión de eliminarlo. Stern era el “buscado” más famoso de Palestina.

En ese mismo año (1941), llegó a Palestina Yalin Mor uno de sus seguidores, Stern le comentó que su ambición era la de matar al Ministro Residente en Egipto como una demostración que la lucha no era sólo contra la presencia británica en Palestina, sino contra el Imperio como tal. Pero cuando Londres nombró al Barón Richard  G. Casey, un hombre nacido en Australia, como Ministro Residente, el plan tuvo que ser dejado de lado porqué el asesinato de un australiano no se entendería.                                                        

Unos años más tarde, en octubre de 1944 Shamir revivió el plan, Lord Moyne estaba en El Cairo, Churchil lo había designado Ministro Residente y era tan británico como la cerveza Guiness o el Gin y se cumplió el viejo proyecto de Abraham Stern.

Pero la banda aunque estaba disminuida todavía era capaz de causar estragos y en 1941 en una sangrienta acción con bombas en pleno centro de Tel Aviv causaron muchas muertes, entre las víctimas se contaron dos destacados detectives de la policía. Uno de ellos era un agente de Hagana plantado en las filas de la policía británica.

Este último ataque colocó a Stern en el centro de la  mira del Hagana y de Geoffrey Morton,  un oficial que se desempeñaba como Asistente del Superintendente de Seguridad, los policías muertos eran sus hombres, sus subordinados. Morton persiguió al líder terrorista con celo obsesivo y es el otro protagonista central del libro de Bishop. (También véase Stern: The man and his gang” de  Zev Golan, Editorial Yair 2011, 
Tel Aviv, Israel. )

Siguiendo una pista producto de una delación anónima, lo detectaron en una casa de seguridad en Tel Aviv,  tres agentes de policía ingleses tomaron por asalto el apartamento y capturaron a Stern,  minutos después llegó Geoffrey Morton. 
Lo que sucedió allí es aún objeto de controversia. Morton afirmó que disparó a Stern cuando trató de escapar. Décadas más tarde, uno de los oficiales que participaron en aquella acción confesó  que Morton ejecutó a Stern, a sangre fría. 

El Jefe del Departamento de Investigación Criminal había ordenado la captura de Abraham Stern “vivo o muerto”. Bishop expone las diferentes versiones con gran detalle, pero el autor no llega a una conclusión definitiva sobre qué pasó realmente y parece que nunca lo sabremos.  Geoffrey Morton sostuvo siempre que disparó cuando Stern intentó huir,  argumentó que había cometido un “homicidio justificado”.  Quizás por eso el título del libro “The Reckoning “bien podemos traducirlo como “ajuste de cuentas”. Lo que sí sabemos es que los seguidores de “Yair” juraron vengarlo, entonces, los británicos  trasladaron a Morton lejos de Palestina.


A pesar de sus himnos a la heroicidad hebrea y a la violencia santificada por la libertad de Israel, Stern murió a los 34 años en medio de una escena bastante patética, a las 8 de la mañana los policías lo encontraron en ropa interior, sin armas y encogido en un armario de una buhardilla del edificio Tova Svorai “B” de Mizraji Street en Tel Aviv.

Dos semanas después de la muerte de Stern, La policía británica en Palestina anunció que había abatido a 13 pistoleros sternistas, herido de gravedad a 6 y 85 habían sido capturados con vida y estaban en prisión, el MI5 y el CID estimaban que la Banda de Stern había perdido su capacidad operativa. 

Luego de su muerte el “auténtico” Irgun Bet o  Banda Stern  bajo el mando de Yitzhak Shamir fue rebautizado como Leji (Lohamei Jerut Israel)  Combatientes por la Libertad de Israel y se convirtió en una organización terrorista cruel como siempre lo había sido, pero muy superior en eficacia.  

Stern fue más influyente en la muerte que en la vida. Presentado como un joven idealista, un poeta patriota, un auténtico mártir de la lucha por la libertad de Israel. Se utilizó su asesinato para motivar e impulsar a los jóvenes combatientes a actuar con el máximo de violencia contra los británicos y los palestinos.

Tal vez, lo más potente del legado de Stern es haber sido uno de los primeros sionistas que se atrevieron a mezclar ese cóctel peligrosamente romántico de la religión con la épica nacionalista súper violenta. En aquél tiempo la mayoría de los líderes sionistas eran laicistas acérrimos y hasta ateos, mientras Stern huía de un escondite a otro, tomó el Tanaj y  las filacterias de cuero y las fusionó con la imaginería bíblica, los poemas de amor a la patria perdida y la lucha implacable para reconquistarla. 

Hizo un llamamiento a la juventud judía para la guerra santa contra el invasor, la construcción del tercer templo y los invitó a abrazar un reino davídico totalitario en lugar de un estado liberal democrático.  Desde su llegada a Palestina Stern rechazó a la superpotencia dominante, incluso cuando era el mecenas de los sionistas. Su discurso se proyectó sobre toda la década de 1940 y hoy se refleja cada vez con mayor evidencia en los militares y políticos de la derecha religiosa, la fuerza popular más potente del Estado Israelí actual.

(*) Semblanza basada en Patrick Bishop, autor de “The Reckoning”: Death and intrigue in the Promised Land.  Editado por Harper Collins en 2014.






sábado, 2 de abril de 2016

XIV

Cuando los senderos se bifurcan hasta reencontrarse.
Alec Mendoza

Parte XIV

Para aquellos que honran el juramento.
Por Abraham Stern (2)

El Irgun Zvai Leumi en la Tierra de Israel (*) fue creado porque creemos que el estado hebreo no se convertirá en una realidad si no posee una organización militar independiente.

La Agencia Judía espera obtener la libertad de acción para los que operan bajo su mando a cambio del sometimiento a la dominación extranjera y acepta los planes de cantonización de nuestra tierra. 

El Irgun en la Tierra de Israel asume el deber de actuar como la única fuerza verdadera que será capaz de luchar por el restablecimiento de la nación hebrea en la Tierra de Israel, derrotar la conspiración del enemigo exterior y la rendición de los que están dispuestos a traicionarnos desde dentro. 

El Irgún en la Tierra de Israel se ha visto obligado por los dueños del dinero y de la política a decidir si se rinden al poder del gobierno extranjero y de la Agencia Judía, o a redoblar su sacrificio y asumir todos los riesgos. Algunos de nuestros amigos nos están haciendo difícil esta tarea. Ellos entregaron a la Agencia y a la izquierda el campo de batalla. La gran mayoría de los leales sigue manteniendo la política original del Irgun. Todos los intentos para llegar a una fusión con la organización de izquierda han fracasado, ya que ellos no han negociado sobre la base de la unión de fuerzas, sino de la imposición de la voluntad de un grupo al otro. Poner al Irgún bajo la autoridad de la Agencia, es el final de nuestra organización.

Hoy en día hay dos organizaciones: una es la Hagana y para nuestro pesar algunos de nuestros hombres equivocadamente se han unido a ella. La otra es el El Irgun Zvai Leumi en la Tierra de Israel, que sigue luchando por la dignidad y la vida de la nación para el renacimiento judío. Creemos en la misión de nuestro movimiento y su poder para restablecer la independencia total dentro de las fronteras históricas del Estado hebreo. Creemos en la voluntad de los jóvenes de Israel para luchar y sacrificarse que han fijado como meta de su vida el poder y la independencia del núcleo hebreo combatiente, el Irgun Zvai Leumi en la Tierra de Israel.

¡Anónimos Soldados!
El núcleo del poder hebreo está preparado para cualquier orden o sacrificio.
"Sólo la muerte nos libera de nuestro deber”.
23 de abril 1937.

(*) Téngase presente que mientras Stern vivía su banda se llamaba Irgun Tzvai Leumi B'Yisrael ( "Organización Nacional Militar en Israel"), o Irgun bet, (el IZL verdadero). Separado del Irgun de Jabotinski, popularmente conocido como Etzel comandado por David Raziel. Luego de la muerte de Stern en 1942, su sucesor Yitzhak Shamir lo bautizó “Leji” (Lohamei Jerut Israel) "Luchadores por la Libertad Israel" para diferenciarse con mayor claridad del tradicional Irgun de Beguin.

(2) “Stern: “The man and his gang”. The Story of the Fighters for the Freedom of Israel. by Zev Golan (Publisher: Yair Publications 2011, Tel Aviv Israel.) 
y “Major Farram´s Hat, The Untold Story of the Struggle to establish the Jewish State” by David Cesarani. Printed in USA, Da Capo Press, 2009.


LA IDEOLOGÍA (3)

Los Principios Nacionales para el Resurgimiento. 
(Ha Techiya)

Para Los Combatientes por la Libertad de Israel. 
por Abraham (Yair) Stern 

1. LA NACIÓN
El pueblo judío es un pueblo elegido, creador del monoteísmo, maestro de las enseñanzas proféticas, abanderado de la cultura humana, ser judío es ser el guardián de un glorioso patrimonio. El pueblo judío se ha educado en el auto-sacrificio y el sufrimiento; su visión, capacidad de supervivencia y la fe en la redención son  indestructibles.

2. LA PATRIA
La patria está en la Tierra de Israel dentro de las fronteras delineadas en la Biblia ("A tu descendencia, daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates. (Génesis 15:18) Esta es la tierra de los judíos, donde toda la nación vivirá segura.
3. LA NACIÓN Y SU TIERRA                        
Israel conquistó la tierra con la  espada. Aquí se convirtió en una nación grande y sólo aquí va a renacer. Israel tiene derecho a esta tierra, y este es un derecho absoluto. Nunca ha expirado y nunca lo hará.

4. LOS OBJETIVOS
1. La redención de la Tierra de Israel.
2. Establecimiento de la Soberanía Hebrea.
3. Renacimiento de la Nación.
No hay soberanía sin la redención de la tierra, y no hay renacimiento nacional sin soberanía.
Estos son los tres objetivos de la organización armada nacional durante el período de la guerra y la reconquista.

5. EDUCACIÓN
Hay que educar a la nación en amar la libertad y cuidar celosamente el patrimonio eterno de Israel. Inculcar la idea de que la nación es el amo de nuestro propio destino. 
Revivir la doctrina de que "La espada y el libro venían unidos desde el cielo" (Midrash Vaikrá Rabá 35: 8).

6. UNIDAD
Hay que lograr la unificación de toda la nación en torno del Irgún, el abanderado del movimiento de la libertad hebrea. Hay que utilizar la genialidad, la voluntad y los recursos de los judíos para canalizar la energía, la devoción y el fervor revolucionario del pueblo en la guerra de liberación.

7. PACTOS
Hay que hacer pactos con todos los que están dispuestos a ayudar a la lucha de nuestra organización y proporcionarles  apoyo directo.

8. FUERZA
Consolidar e incrementar la fuerza de combate en la patria y en la diáspora, en la clandestinidad y en los cuarteles, para convertirse en el ejército hebreo de la liberación con su bandera, sus armas y sus comandantes.

9. GUERRA
Guerra constante contra los que se interponen en nuestro camino para cumplir los objetivos.

10. CONQUISTA. 
Lograr la conquista de la patria de la dominación extranjera y poseerla eternamente.

11. SOBERANÍA
Renovación de la soberanía hebrea sobre la tierra redimida.

12. JUSTICIA
El establecimiento de un orden social en el espíritu de la moral judía y la justicia profética. En ese orden nadie pasará hambre o estará desempleado. Todos vivirán en armonía, en el respeto mutuo y en la amistad como un ejemplo para el mundo.

13. Reviviendo el DESIERTO
Construir sobre las ruinas y revivir el desierto por la inmigración masiva y el aumento de nuestra población.

14. EXTRANJEROS
Resolver el problema de la población extranjera mediante el intercambio de población.

15. CRISOL de las DIÁSPORAS
Reunión total de los exiliados en el estado judío soberano.

16. PODER
El Poder hebreo se convertirá en una fuerza militar de primer orden, Israel será una entidad política, cultural y económica en el Medio Oriente y en todo el mar Mediterráneo.

17. RENACIMIENTO
El renacimiento del idioma hebreo como lengua hablada por toda la nación, para la renovación de la fuerza histórica y espiritual de Israel. La purificación del carácter nacional en el fuego del nuevo surgimiento.

18. EL TEMPLO
La construcción del Tercer Templo como símbolo total de la nueva era de la identidad judía.

Estas son las tareas del movimiento durante el período de soberanía y de redención.


(3) The Stern Gang: Ideology, Politics and Terror, 1940-1949 by Joseph Heller, edit. Taylor & Francis Publishing 2012.