domingo, 31 de enero de 2016

XI

Cuando los senderos se bifurcan para reencontrarse.
Alec Mendoza

Parte XI:

La información enviada por MacMichael al Secretario de Estado fue a consecuencia de una investigación realizada sobre los usos y prácticas de financiación de fondos por parte de varias organizaciones sionistas.

El memorando ilustra sobre el hecho que el gobierno del Mandato se encontraba en Palestina ante un peligro, causado por la violencia judía, mucho más grave que el enfrentado durante la rebelión palestina de 1936 a 1939, el peligro sionista era infinitamente más difícil de afrontar con los mismos medios y metodologías represivas utilizadas para derrotar a los árabes: “En primer lugar los sionistas son disciplinados y están muy bien organizados, tienen el apoyo moral y político… de sectores considerables tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos de América… toda la influencia, recursos y habilidad política se utilizan para mostrar en forma sensacional y lograr persuadir a la opinión pública que los judíos son víctimas de la injusta agresión británica en Palestina”. 

En Londres la situación no era comprendida cabalmente, parecía que se ignoraban los informes y no se recibían instrucciones precisas de cómo actuar, salvo reforzar las medidas de seguridad, parecía como si la etapa de transición entre los gobiernos de W. Churchill y Clement Attle no terminara nunca. Una de las curiosas ambigüedades que rodea la década que precedió a la declaración del Estado de Israel es la escasez de información y perspectiva de las autoridades y fuerzas del Mandato británico que gobernaron Palestina entre 1938 y el 15 de mayo de 1948.

Por fortuna, Sir Richard D. Catling nos ha dejado un archivo que permite conocer las condiciones que prevalecían en Palestina cuando él era Jefe Adjunto de la Rama Especial de la División de Investigación Criminal en Jerusalén en 1944. Los documentos sellados como “MUY SECRETO” de Catling permanecieron intactos en los archivos de la Rhodes House de las Bibliotecas Bodleian de la Universidad de Oxford hasta hace 10 años.

Se destacan dos documentos con 62 apéndices de pruebas que totalizan casi 500 páginas de material. El primero es un despacho enviado al Secretario de Estado, fechado el 16 de octubre de 1941, por el Alto Comisionado para Palestina, el segundo, un “Memorando muy secreto sobre la Participación de las Instituciones sionistas en Palestina en actos ilegales y violentos”, preparado en la sede del Departamento de Investigación Criminal. [Sir Richard C. Catling, 145, Mss. Med. S20].  

MacMichael dijo en 1944 lo siguiente “… los judíos que están en Palestina son diestros en el uso de las armas… un gran número de ellos ha recibido entrenamiento en la Policía Palestina… o en las Fuerzas de Su Majestad. En el momento actual, además de los aproximadamente 10.000 judíos incorporados en las Fuerzas del Ejército, hay 5.800 más en diversas unidades de la fuerza policial y hay 15.400 policías especiales… Cuando a esos hombres… se les añaden las ilegales organizaciones de “defensa” de los judíos (sólo la Haganá tenía… alrededor de 50.000 hombres y 10.000 mujeres, véase Mss. Med. S20 Appendix XXI), es evidente que el Yishuv, en número y calibre de armas, es un adversario formidable.

Najman Ben-Yehuda  ex decano del departamento de sociologíaantropología en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Es uno de los investigadores más importantes del pasado judío en Palestina, en uno de sus estudios se refirió a la caída de la fortaleza de Masada, el último refugio de un grupo judío, que según dicen, se suicidó en masa antes que rendirse a la esclavitud. Ben Yehuda ve la historia de Masada como una leyenda moderna creada por encargo. De acuerdo con su libro “Sacrificar la verdad”, la dramática escena fue embellecida antes y después del establecimiento del Estado de Israel.  
                                                                                                              
El autor se basa en las transcripciones de las excavaciones arqueológicas realizadas desde 1963 hasta 1965 y afirma que el equipo dirigido por Yigael Yadin, ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, tergiversó de manera fraudulenta los hallazgos y artefactos para encajarlos dentro de una narración preparada de acuerdo a un guión heroico establecido por el sionismo y los religiosos ortodoxos.

Nur Masalha en, La Biblia leída con los ojos de los Cananeos (Editorial Canaán, Buenos Aires 2011), dice: “Las tradiciones militaristas y las leyendas bíblicas sobre posesión de la tierra, fueron reconfiguradas y reinventadas en el siglo pasado como una meta narrativa “fundacional” del mismo sionismo y del futuro Estado de Israel”. 

No olvidemos que entre 1867 y 1870 la arqueología bíblica, los mapas y los estudios de topografía y toponimia fueron llevados a cabo por Lord Warren y los Ingenieros Reales de su Majestad y continuaron siendo los datos básicos de muchos actuales arqueólogos, geógrafos y planificadores estratégicos israelíes en su campaña por judaizar la Ciudad Vieja de Jerusalén.  (Op. mencionada de Nur Masalha.)

Las citas anteriores no son una interpolación caprichosa de nuestra parte, Ben Yehuda también escribió que los asesinatos de Leji son utilizados como propaganda patriótica, con las mismas técnicas empleadas en Masada. En un libro de su autoría, editado en 1993, titulado “Los asesinatos políticos judíos: un recurso retórico para la Justicia”; refiriéndose al asesinato de Lord Moyne cita a Yitzhak Shamir diciendo: “... era de lo más eficiente y moral, atacar objetivos seleccionados. Nosotros apuntamos a un objetivo político. Hay muchos ejemplos en nuestro pasado, lo que hicimos se puede encontrar en la Biblia, en Gedeón y Sansón, por ejemplo...

Ben Yehuda afirma en su libro: "... Leji mató a más judíos que los no judíos”. Recordó que en 1948 uno de los líderes de Leji, Natan Friedman Yellin, alias “Yellin Mor”, en un juicio por cargos relacionados con el asesinato del Conde Von Bernadotte, le dijo a la corte que "... era un derecho legítimo de Leji ejecutar a los enemigos, a los traidores degradados y a los sujetos de bajo nivel patriótico”.

Yitzhak Shamir, en su libro de 1994 “Recapitulación: una autobiografía” escribió: “... Bet Tsouri y Hakim habían cumplido con la Escritura... no hubo momentos en los que yo pude llorar adecuadamente a los chicos que había enviado en misión a Egipto” y  “… En 1975  recibí sus restos en la frontera entre Israel y Egipto, habíamos  acordado cambiar 20 prisioneros de guerra árabes por los cuerpos de estos dos muchachos. Al verlos los reconocí de inmediato, a pesar de los años que habían pasado y la forma en que murieron, sus rostros estaban intactos y en calma, ni el tiempo ni la horca los había desfigurado. Un religioso me dijo que sólo a los justos se les concede este privilegio. En el funeral les brindé mi homenaje”.

Gerold Frank fue corresponsal de guerra en el Medio Oriente durante la Segunda Guerra Mundial, ​​ y colaborador en el Comité Anglo-Americano de Investigación en Palestina.  Frank en su libro “La Escritura”, subtitulado (Asesinato en el Cairo durante la Segunda Guerra Mundial), de la editorial  Simon & Schuster (1963) escribe: Uno tenía 17 años y el otro recién había cumplido 22, fueron los jóvenes que entrenó la Banda Stern (Leji). Su audaz y terrible obra sacudió al Imperio Británico, y todavía da forma a un conflicto de nuestro tiempo. Esta es la corta historia de esos dos chicos, y de aquel hecho. Es una historia de idealismo y de terror, de conspiración y suspenso. Es una historia que nunca se olvidará”. 

Frank no era un escritor improvisado y no fue ajeno al clima que envolvía a algunas celebridades de Hollywood los cuales eran muy críticos con los ingleses y simpatizaban con los terroristas sionistas. G. Frank ganó en dos ocasiones el Premio “Edgar” de los Escritores de Misterio de EEUU , por “La Escritura”, el libro sobre el asesinato de Lord Moyne ya mencionado y por el “El estrangulador de Boston”.

Es pertinente destacar que muchos sionistas estadounidenses respaldaron “el terrorismo de Sión”. Algunos incluso declararon abiertamente su admiración por los asesinos y aplaudieron sus actos de terror. El famoso autor teatral y guionista Ben Hetch, coautor del film “Primera Plana” y “Cumbres Borrascosas”, ganador de dos Óscar de Hollywood, llegó a decir públicamente que su corazón se alegraba cada vez que un soldado británico era asesinado en Palestina.

En una carta a los terroristas de Haganá, Palmaj, Irgún y Leji  publicada a toda página en The Herald Tribune de Nueva York, Ben Hecht escribió:
Los judíos de Estados Unidos están con ustedes. Ustedes son sus paladines. Ustedes son su sonrisa. Ustedes son la pluma de sus sombreros. Ustedes son la primera respuesta que tiene sentido para el Nuevo Mundo. Cada vez que hacen explotar un arsenal británico, destruyen una cárcel británica, vuelan por los aires un tren británico o asaltan un banco británico, o atacan con sus armas y bombas a los traidores e invasores británicos de sus tierras, los judíos de Estados Unidos tienen una pequeña fiesta en su corazón”.

Señaló Tom Segev en el diario israelí “Haaretz” del 23 de septiembre de 2003 que: “En la actualidad son muchos los que homenajearon el atentado contra Moyne (Segev se refiere a un homenaje que realizaron en Israel por el aniversario de la ejecución en Egipto de sus asesinos), porqué asumen que un luchador por la libertad (de Eretz Israel) es una buena persona y que un terrorista (es decir, un palestino, un árabe) es una mala persona”. 


Continúa:

sábado, 16 de enero de 2016

X

Cuando los senderos se bifurcan para reencontrarse.
Alec Mendoza

Parte X:

Yitzhak Shamir, nacido Yitzhak Yezernitsky en la Polonia rusa, había  emigrado a Palestina en 1935. Shamir fue quién planificó y ordenó el asesinato de Lord Moyne. A principios de la década de 1940 Shamir, había adoptado como nombre de guerra “Michael” en homenaje a Michael Collins, el jefe militar del IRA. Shamir propuso una lucha sin cuartel contra Londres y desplegó un gran aparato propagandístico sionista revisionista en EEUU, para desarrollar  un movimiento favorable a la creación del Estado de Israel a la manera de cómo lo habían hecho De Valera y Connolly para el caso irlandés.                                                                           
La literatura sobre el IRA se convirtió en obligatoria para los guerrilleros del Leji. Colin Shindler en su libro “El ascenso de la derecha israelí, de Odessa a Hebron. Cambridge University Press, 2015, (en inglés).  Nos llama la atención sobre el hecho de que David Raziel Jefe del Irgún conocía perfectamente la historia del IRA y Abraham Stern (Yair) había traducido al hebreo, en 1941, el libro de P.S. O’Hegarty, “The Victory of Sinn Fein”. Shamir, alias “Michael” sucedió a Abraham Stern, alias “Yair” como jefe de operaciones del Leji, lo acompañaban en el comando dos reconocidos hombres de acción: Natan Friedman-Yellin, alias "Yellin Mor" e Israel Sheib,  alias "Eldad”. Yellin Mor y Eldad habían estudiado las técnicas de acción del IRA y también se inspiraron en los terroristas rusos del siglo XIX, sobre todo en Netchaiev y la organización Narodnaia Volia. 

En el  atardecer de la cálida casi noche de Jerusalén del 8 de agosto de 1944 un custodiado Roll Royce circulaba por las calles de la vieja Ciudad Sagrada, era el automóvil que transportaba al Alto Comisionado Sir. Harold McMichael y a su encantadora esposa a una fiesta. No era una fiesta más, era la celebración que la comunidad británica había preparado en su homenaje por la finalización de sus funciones en Palestina.

Seguramente, McMichael cuando miraba por la ventanilla del coche recordaba que en su juventud algunos llamaban a Palestina el portal inglés hacia la India y Haifa tenía la llave de ese portal, el único puerto protegido de la maravillosa costa este. Aquí en Palestina está el mayor aeropuerto de Oriente Próximo. Aquí está la encrucijada de las líneas férreas que van desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica a la India. Aquí está la terminal del oleoducto hacia los campos petroleros de Mosul en Iraq. Aquí está la joya germinal de las religiones, de los enfrentamientos con luchas sin fin y de bellezas naturales inolvidables para quienes las hayan conocido.  

El Alto Comisionado se estaba despidiendo de aquellas murallas que habían convertido al mundo y que según Mahoma, el rocío que cae sobre Jerusalén cura todos los males, porque procede de los jardines del Paraíso. Gracias a la publicación de nuevos documentos sabemos que Leji y el Irgún realizaron siete intentos fallidos para asesinar al muy odiado por los sionistas Sir. Harold MacMichael.

El último intento fue realizado en esa noche del 8 de agosto, Leji preparó una emboscada en un cruce de callejuelas y atacaron el paso del vehículo, el Alto Comisionado fue levemente herido, su esposa ilesa, esta vez, ambos escaparon por poco a la muerte y se hicieron presentes en la fiesta. Los hombres del Leji tuvieron varias bajas. Ben-Yehuda, Nachman (1993). “Political Assassinations by Jews: A Rhetorical Device for Justice”. Albany, NY: SUNY Press. p. 204.

Dos semanas más tarde, una multa colectiva se impuso en el barrio judío de Jerusalén a causa de la indiferencia de sus habitantes para ayudar a la policía que investigaba el atentado contra la vida del  Alto Comisionado. La comunidad judía no colaboró para la detención de los terroristas, aun no existía la temporada de caza.

Los reiterados fallos de Leji y de Irgún para matar a MacMichael en Palestina fue lo que decidió a Shamir a planificar el asesinato de Lord Moyne en Egipto, sabía que este importante funcionario al igual que Churchill no se sentía cómodo con guardaespaldas y custodios. Además se propuso elegir cuidadosamente a los ejecutores más adecuados  para la misión. Eliyahu Bet-Zuri, uno de los autores del asesinato de El Cairo, había presentado ante Shamir y su alto comando un plan para matar a una serie de "personalidades políticas británicas, incluyendo a Churchill".

El mayor James Robertson, quien trabajaba para la sección MI5 del Medio Oriente, escribió que las ideas de liquidar a la plana mayor británica era una verdadera obsesión maníaca de Bet-Zuri, estos datos fueron revelados por un miembro de la banda  Stern detenido durante la “temporada de caza” a fines de 1944. ¿Por qué se habían convertido en asesinos? Respondieron: "Porque Lord Moyne representaba la política anti-judía de la nación británica."

Los británicos colaboraron con la investigación de la policía egipcia, presionaron para un juicio en un tribunal militar, y promovieron la pena de muerte para ambos acusados. Trataron de impedir que los acusados ​​ hablaran en la corte, temiendo el efecto que esas declaraciones tendrían en la opinión pública egipcia. Muchos nacionalistas egipcios de tendencia republicana vieron a los asesinos como patriotas que lucharon contra el imperialismo británico y organizaron algunas pequeñas manifestaciones de solidaridad.

Dos meses después del asesinato fueron enjuiciados. Parecían indiferentes a los cargos, y por el probable destino que les esperaba. Durante el juicio, el Leji, envió varias notas con amenazas de muerte al Presidente de la Corte y a los fiscales. Estas notas fueron ignoradas y la sentencia de muerte en la horca fue debidamente aprobada. La sentencia se llevó a cabo el 23 de marzo de 1945 en la prisión de Bab al Khalk de El Cairo. Los dos asesinos se dirigieron caminando tranquilamente a su ejecución cantando el Hatikva, el himno nacional judío. 

A partir de 1956 los dos terroristas fueron idealizados por los judíos del nuevo estado israelí, se los exoneró de toda culpa y de descalificadoras responsabilidades. Fueron convertidos en personajes juveniles de los cuentos populares, libros, temas de canciones y poemas. En 1975 los cuerpos de estos dos jóvenes fueron exhumados de una tumba ubicada en una alejada esquina del cementerio judío de Bassatine en el noreste de El Cairo y enviados de regreso a Israel. El gobierno de Israel recibió sus restos con un solemne funeral de estado con honores militares y civiles, fueron enterrados como héroes en el Monte Herzl, la ceremonia fue presidida por el Primer Ministro Yitzhak Rabin y por el miembro de la Knesset Yitzhak Shamir. 

El gobierno británico presentó una protesta diplomática que Israel nunca contestó. El 26 de junio de 1975, el editorial de The Times de Londres se tituló: "Los terroristas recibirán una bienvenida en Israel".

El antecesor de Shamir en el gobierno de derechas en Israel fue Menachem Beguin, nacido el 16 de agosto de 1913, en Brest Litovsk, Rusia. Se alistó en el movimiento juvenil Betar a los 16 años de edad. En 1938 pasó a ser el líder del Betar Polonia, organización de 70.000 miembros que formaba parte del movimiento nacional sionista revisionista fundado por Jabotinsky. En el año 1942 se trasladó a Palestina y fue designado comandante en Jefe del Irgún Zevai Leumi (Irgún o Etzel), la “Organización Militar Nacional”, fundada en 1937 por Jabotinsky y David Raziel. El Irgún fue responsable de infinidad de atentados, actos de sabotaje y muerte de centenares de británicos, para los palestinos estaban reservadas las masacres y la expulsión.

Tras la fundación del Estado Beguin alcanzó posiciones de poder político con su partido Herut (Libertad) y fue elegido miembro de la asamblea de Israel, el Knesset. En 1949 se convirtió en un poderoso líder conservador de la oposición; fue ministro sin cartera desde 1967 hasta 1970. En el año 1973 los partidos de oposición formaron el bloque Likud (Unidad), del que fue codirigente, y al ganar las en 1977 las elecciones, se convirtió en Primer Ministro.

En 1978, él junto al Gral. Anwar al Sadat (Presidente de Egipto) se les concedió ¡el Premio Nobel de la Paz!!! En 1981 logró una nueva victoria electoral y en 1982 le ordenó a Ari Sharon que invadiera el sur del Líbano. Yitzhak Shamir (Michael), años después se convirtió en ministro de Relaciones Exteriores de Israel de 1980 a 1986, y Primer Ministro desde 1983 hasta 1984 y desde 1986 hasta 1992. 


Durante los gobiernos de los Primeros Ministros Sharet y Beguin, los restos de los jefes de las organizaciones armadas clandestinas judías como Zeev Jabotinsky, Abraham Stern (Yair) y David Raziel, también fueron recibidos como héroes de Israel y enterrados con honores civiles  y militares en el cementerio del Monte Herlz de Jerusalén. 


(Continúa)